Barrow en Alaska se sumerge en la noche eterna
En Barrow, un remoto pueblo de Alaska, durante 30 días de cada invierno el Sol no sale, y la noche ocupa todo el día.
Ese es el momento en el cual, según el argumento de "30 días de noche", una película de terror, aparece un misterioso grupo de vampiros sedientos de sangre, listos para tomar ventaja de la ininterrumpida oscuridad y alimentarse de los pocos residentes que permanecen en el pueblo.
La parte de los vampiros es ficción, pero todo lo demás ocurre en la realidad. Sin embargo, no son 30 días a oscuras, sino alrededor de 67.
Ubicada en Alaska, la población de Barrow —llamada Utqiaġvik en la lengua indígena Iñupiat— tiene poco menos de 4.500 habitantes y es la duodécima ciudad más poblada del estado.
La caza, la pesca y la captura de ballenas de subsistencia siguen siendo la fuente más importante de la economía local. Sin embargo, lo que la ha hecho conocida en todo el mundo es otro fenómeno: "la noche polar".
Esto ocurre porque Barrow se encuentra a más de 67° de latitud norte, dentro del círculo polar ártico, lo que provoca que el Sol permanezca por debajo del horizonte durante semanas. Este año, el Sol se despidió de Barrow el 18 de noviembre a las 12:27 (hora peninsular española) y no volverá a salir hasta el próximo 22 de enero de 2025.
Durante este período, la ciudad vive en oscuridad constante, aunque en ocasiones la luna y las estrellas iluminan el cielo nocturno.
Además de Barrow, otras regiones del Ártico, como Svalbard en Noruega o ciertas zonas del norte de Rusia y Canadá, también experimentan la noche polar.
En Barrow, durante este fenómeno, las temperaturas pueden descender hasta los -40 °C. El frío extremo, combinado con vientos helados, hace que la sensación térmica sea aún más baja. Además, las tormentas de nieve son frecuentes, complicando la vida diaria de los habitantes.
La falta de luz solar afecta tanto al estado de ánimo como a la salud física de las personas. Es común que los residentes experimenten trastorno afectivo estacional (TAE), un tipo de depresión relacionada con la ausencia de luz natural. Para combatirlo, muchos recurren a lámparas de luz ultravioleta y actividades comunitarias que fomentan la interacción social.
El fenómeno opuesto a la noche polar es el "verano polar", cuando el Sol no se oculta durante semanas. También conocido como "sol de medianoche", ocurre entre mayo y agosto.
Este periodo continuo de luz plantea sus propios retos, ya que puede alterar los ritmos circadianos y dificultar el descanso.