5 castillos escoceses para una aventura de película
Castillo de Eilean Donan
Donde confluyen los 3 lagos de las Highlands de Escocia, el Duich, el Long y el Alsh, en un islote, se alza un castillo oscuro y romántico; mágico y lleno de historias de amor. Es el de Eilean Donan. Las aguas cristalinas que lo rodean hacen de espejo y reflejan y dan movimiento a la belleza austera de este castillo, creando una imagen espectacular. Es uno de los más visitados de Escocia. Se accede a él a través de un puente de piedra.
Una leyenda cuenta que Shamus, el hijo de un leñador de la zona tenía el poder de comunicarse con los pájaros. Ellos le contaban historias. Ellos le facilitaron la oportunidad de que pudiera viajar y conocer mundo. Ayudado por las aves, se convirtió en un sabio rico, cuya valía fue reconocida por Alejandro II, quien le propuso que construyera el castillo para defender su reino.
El castillo de Eilean Donan, con interiores bien cuidados, ha sido escenario de rodaje de la película «Los Inmortales», de 1986, con Sean Connery y Christopher Lambert.
El castillo de Dunnottar
Empezar por una visita de castillos escoceses por el de Dunnotar es empezar bien. Es, probablemente una de las fortalezas más impactantes de Escocia, aunque se trata de una un baluarte en ruinas y, para muchos, un desconocido.
El lugar en que se encuentra es la cumbre de un acantilado espectacular de unos 50 metros. Aparece de forma inesperada, insólita, impresionante. El visitante viene de recorrer un estrecho y serpenteante camino que, de repente, finaliza en una zona totalmente rocosa. Y, ante él, solo queda el mar que ruge con fuerza. Entre él y el mar, se halla este fantástico castillo, el de Dunnottar. Su estratégica situación, lo hizo altamente potente desde el punto de vista defensivo durante los siglos XIV-XV, en los que estar preparados para la defensa era imprescindible.
Hoy, su imagen aún hoy resulta brava, pero tiene un cierto toque romántico. Quizás porque es inevitable imaginar las escenas que ahí debieron tener lugar, de soledad, de espera, de crudeza, de convivir con la belleza más agreste... O, quizás también porque nos hemos podido aproximar a él a través de algunas películas de algunas Hollywood. El castillo de Dunnottar fue, por ejemplo, escenario del “Hamlet”, protagonizado por Mel Gibson y Glenn Close.
El castillo de Edimburgo
A la una en punto, cada día, en este castillo suena un cañonazo que, dado su emplazamiento, retumba estruendoso y no pasa desapercibido para nadie que esté visitando Edimburgo, la capital de Escocia. Este castillo está edificado sobre un volcán extinguido en plena Ciudad, la colina de Castle Rock, a la que se le atribuye una edad de más de 700 millones de años. Se considera el castillo más importante del país, no solo por su predominancia territorial, sino también porque en él se guardan: el Honores -que son las joyas de la corona de Escocia-; el Mons Meg -que uno de los cañones de calibre más grande del mundo-; y la Piedra del Destino, que es un bloque de piedra arenisca sobre el que se llevaba a cabo la coronación de los reyes escoceses durante la Edad Media. Para los escoceses, esta piedra constituye un signo de identidad. De hecho, les fue arrebatada por los ingleses y no se devolvió a la capital escocesa hasta 1996. La devolución fue hecha con todos los honores.
Como a muchos de los castillos escoceses, al de Edimburgo tampoco le faltan leyendas que lo hagan aún más emblemático y cautivador. En este caso se trata de la de un fantasma: Lone Piper, también conocido como el Gaitero solitario. Cuentan que un gaitero fue el encargado de recorrer, sin parar de tocar la gaita, los pasadizos subterráneos que accedían al castillo. Desde la superficie, la gente seguía su música para poder trazar el recorrido. Sin embargo, de repente, la música dejó de sonar y nunca más se volvió a ver al gaitero. Algunos dicen que cuando pasean por el castillo les ha parecido oír que, a lo lejos, sonaba una gaita…
Edimburgo ha sido escenario de 14 películas. Una de ellas, es una fantástica producción de animación, “El ilusionista” de Sylvain Chomet, de 2010, en que el castillo tiene un protagonismo especial.
Blackkness castle
Cerca de Edimburgo, se encuentra también otro castillo emblemático. Es el Blackness. Está situado justo al lado del mar. Recibe el sobrenombre de “el barco que nunca zarpó” porque su silueta evoca la de un navío. En la visita guiada, no se habla de ala norte, sur, este u oeste. Sus partes se identifican como proa, popa, mástil…
Desde las mirillas de sus amplias estancias vacías, se ve el sky line de Edimburgo y la del anterior castillo que acabamos de visitar.
Es escenario de “El Rey Proscrito”, escrita y dirigida en 2018 por David Mackenzie.
Castillo de Doune
Está en el condado de Stirling y, en este caso, es difícil no empezar por el final y decir que en él se rodó una película que ha hecho historia, una historia muy peculiar, la de “Los caballeros de la mesa cuadrada” de Monty Python. A la que siguieron, más tarde, series como “Outlander” y “Juego de tronos”.
En este caso, nos encontramos en la Escocia central y con unos de los castillos que fueron más devastados por las guerras, pero de los mejor reconstruidos y cuidados actualmente.
Son de singular belleza su “great hall”, con una doble chimenea y una galería destinada a músicos. Son espectaculares las vistas desde sus almenas. Se puede ver el río Teith, la s colinas de Menteith y el Ben Lomond, un monte de 974m. de las Highlands escocesas.
Algo que también es digno de admiración son las amplias cocinas del castillo, donde se prepararon abundantes banquetes para nobles.
Cada plano general y detalle de un castillo escocés son elementos para crear una aventura, una película... Cada visitante, la suya.