Viaje: Camino del fin del mundo (Costa da Morte). Santiago a Finisterre
*Fechas a consultar para mínimo 2 personas. Garantizadas con mínimo de 4 personas
Esta ruta, nace y se pone en marcha, por las inquietudes y necesidades de muchos peregrinos con el fin de completar Los Caminos de Santiago hasta el fin del mundo conocido en la época medieval.
Después de investigarlo, nos pusimos manos a la obra, resultando un completo éxito y por eso decidimos ofrecéroslo.
Finisterre conocida por los romanos Finis Terrae, el fin del mundo conocido, marcado en el cielo por la Vía Láctea donde la última estrella moría en el mar.
La peregrinación jacobea como tal concluye en la ciudad de Santiago de Compostela. Sin embargo, casi desde el descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago (s. IX) en lo que hoy es la urbe compostelana, determinados peregrinos, tanto de la Península Ibérica como del resto de Europa, decidían prolongar su viaje a la Costa da Morte, Costa de la Muerte, en la zona más occidental de Galicia, frente a las bravas aguas del océano Atlántico.
La Costa da Morte era para los antiguos -y así hasta el final de la Edad Media- el último reducto de la tierra conocida, la punta occidental de la Europa continental. Era un lugar cargado de todo tipo de creencias y ritos paganos en el que los romanos (s. II AC) se sobrecogieron al ver el enorme sol desaparecer entre las aguas.
Día 1º. PUNTO DE ENCUENTRO – Por la tarde, encuentro en nuestra casa de Turismo Rural o en el aeropuerto de Vigo. Cena y alojamiento en Granja O Castelo.
Día 2º. Santiago – Negreira
Traslado de Granja O Castelo en Ponte Caldelas a Santiago de Compostela para iniciar la ruta.
Una vez en Santiago, nos preparamos para salir a caballo e iniciar la 1ª etapa mientras nos alejamos de Santiago advertimos la inmensidad de la Catedral deseándonos un buen peregrinaje e intuyendo un hasta pronto. A nuestra llegada a Ames efectuaremos una pequeña parada, para afrontar una fuerte subida que nos lleva a Trasmonte una pequeña villa de montaña. Desde aquí descenderemos por un sinuoso camino que nos lleva a Ponte Maceira villa dispuesta a las orillas del río Tambre con un hermoso puente romano en perfecto estado de conservación.
Las casas y los restos de algunos antiguos molinos romanos, se reparten a ambas orillas del rio Tambre, comunicadas por el puente más significativo de todo este Camino. Se trata de una hermosa construcción del siglo XIV, que durante siglos tuvo gran importancia en las comunicaciones entre Santiago y Finisterre.
En este pueblo singular adquiriremos fuerzas, para llegar a almorzar a Negreira, por la orilla del citado río llegaremos a las inmediaciones de esta villa una de las más pobladas en este recorrido. Por la tarde reanudaremos la etapa para cenar y alojarnos en un precioso lugar a las afueras de Negreira.
Día 3º. Negreira – Olveiroa
Negreira, villa con sus fortalezas de origen medieval es la de mayor población antes de alcanzar la costa. Por la mañana advertimos un cambio en el paisaje, verdes prados con abundante ganado vacuno, el Camino transcurre entre campos y aldeas de escasa población, como Mazaricos con su impresionante arquitectura popular y conjuntos de hórreos, donde se guardaban los productos del campo. En un momento de nuestro caminar advertimos una masa de agua en el horizonte, que confunde al peregrino, pero al llegar a las inmediaciones de Mazaricos advertimos que es un embalse sobre el río Xallas. Llegamos a Olveiroa.
Alojamiento y cena.
Día 4º. Olveiroa – Muxía
Etapa de continuas subidas y bajadas y un transitar por aldeas con un cierto olor a mar. En esta etapa contemplaremos Pazos y hórreos tan grandes como bellos y algún monasterio. Pero lo más espectacular es ver y sentir el crepitar de las olas y el azul del mar en un horizonte sin fin. El camino nos lleva a unas payas de arenas blancas a escasos metros de Muxía, villa marinera con numerosos encantos y tradiciones. En esta villa es destacable la iglesia “A virxen da Barca” situada a los pies de un acantilado. cuenta la tradición que la Virgen María recalo en un barco de piedra, para dar ánimos al apóstol Santiago en su predicación por el noroeste de la Península Ibérica.
La entrada a Muxía es espectacular, siempre al lado del mar, cabalgando por sus playas y dunas hasta llegar al paseo marítimo donde cenaremos y nos alojaremos en un precioso y singular hotel.