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La historia se repite: hace 130 años, el deshielo de un glaciar dejó 175 muertos en los Alpes

Mar, 19/07/2022 - 08:55
La historia se repite: hace 130 años, el deshielo de un glaciar dejó 175 muertos en los Alpes
Thermes de Saint-Gervais después del desastre natural del 12 de julio de 1892. Foto fuente Wikipedia / https://commons.wikimedia.org
La madrugada del 11 al 12 de julio de 1892, un torrente de agua, tierra, rocas, lodo y árboles del glaciar Tête Rousse arrasó los pueblos de Bionnay, Le Fayet y los baños termales de Saint-Gervais, en Francia.

La tragedia de la Marmolada en las Dolomitas, el derretimiento de los glaciares del Aneto y los Alpes, con el consecuente peligro y el cierre del esquí de verano en Francia, han vuelto a poner encima de la mesa, este verano, el delicado equilibrio de las montañas en Europa.

Pero lejos de ser un fenómeno “nuevo”, lo cierto es que hace exactamente 130 años ya se desprendían glaciares y provocaban catástrofes.

Paso imprescindible en la ruta normal francesa del Mont Blanc, el pequeño glaciar Tête Rousse, que domina el valle de Saint-Gervais-les-Bains, una población y comuna francesa, en la región de Ródano-Alpes, departamento de Alta Saboya, no parece gran cosa: unos cientos de metros de largo, pocas grietas… ¡Sin embargo, este glaciar es uno de los más peligrosos de los Alpes!

Bajo su superficie se esconde una cavidad llena de agua en permanente evolución, y origen de una catástrofe inolvidable para el valle de Saint-Gervais en 1892.

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La cavidad superior (antiguo lago supraglacial) en el centro del glaciar. Fotografía de M. KUSS, 13 de agosto de 1893.


La madrugada del 11 al 12 de julio de aquel año, en la base del glaciar, se produjo un flujo de lodo torrencial tras la acumulación de agua de deshielo en una bolsa del glaciar.

Unos 200.000 metros cúbicos de lodo, rocas y restos de plantas se vieron arrastrados con una violencia asombrosa sobre los pueblos de Bionnay, Le Fayet y los baños termales de Saint-Gervais, que quedaron sumergidos por un deslizamiento de tierra y hielo.

En unos pocos minutos edificios enteros se quedaron hechos añicos.

Una ola de agua, tierra, árboles y piedras de treinta metros de altura se había tragado el valle, matando a cerca de 175 personas.

Muchos cuerpos fueron arrastrados por el río Arve y terminaron en las orillas del Ródano. Un cadáver incluso apareció varado en Seyssel, casi 120 kilómetros río abajo. En Bionnay, las víctimas fueron pocas, la mayoría de los campesinos se encontraban en sus pastos de montaña en esta época del año. El mayor contingente de víctimas se registró en las termas.

Afortunadamente, estos estaban llenos solo en una cuarta parte, si no el balance se habría multiplicado lamentablemente.

Desde entonces, el glaciar ha estado bajo estrecha vigilancia. Incluso se había construido un túnel de drenaje, de 34 metros de profundidad, para evacuar las bolsas de agua. Pero mediciones recientes han demostrado que el glaciar era más profundo de lo esperado. Dos focos, localizados en 2015, vuelven a ser motivo de preocupación en este valle del Mont Blanc.

Objeto de numerosos estudios científicos en el pasado, esta bolsa está siempre bajo vigilancia y estudiada de cerca este verano.

 

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