Llívia abre las aguas termales en pruebas para sumar un nuevo atractivo a la Cerdanya
Esta semana han abierto en fase de prueba las nuevas aguas termales de Llívia, que se convertirán en las próximas semanas en un nuevo atractivo turístico y de ocio para la campaña de invierno de la comarca de la Cerdanya, en el Pirineo de Girona.
Aunque desde hace un mes ya se permitía su uso con la misma entrada de la piscina de verano, se prevé que el estreno definitivo del nuevo equipamiento se produzca este otoño, si la situación sanitaria derivada de la Covid-19 lo permite.
Los baños termales de Llívia situados en el Parc de Sant Guillem constan de tres piscinas pequeñas y una cuarta más grande que tiene una forma octogonal y tendrán una capacidad para 80 personas.
Su diseño está inspirado en el de las antiguas termas romanas y es un pequeño homenaje al hecho que Llívia cuenta con el foro romano más grande del Pirineo.
El equipamiento ocupará una superficie de 3.000 metros cuadrados que incluirá las casetas de madera para los vestuarios y duchas.
El objetivo es ultimar los detalles de la instalación durante este otoño y poder llegar en invierno convertido en un nuevo elemento turístico que complemente la oferta de esquí de la comarca.
El alcalde de Llívia, Elies Nova, explicó en declaraciones a TV3 que, aunque la puesta en marcha de las termas "ha tardado más" de lo previsto, y que la situación sanitaria de la Covid-19 también ha contribuido en este retraso, están satisfechos con la apertura de este nuevo equipamiento.
Publicado por Turisme Llívia en Jueves, 10 de septiembre de 2020
Ahora está en fase de pruebas porque quedan pendientes pequeños flecos, como son la instalación de cámaras de seguridad y de puntos de iluminación.
Además, se funciona con un aforo reducido a un tercio, cuando en un contexto de normalidad este sería de 80 personas.
Los baños, que han supuesto una inversión de unos 450.000 euros, quieren convertirse en una nueva propuesta de relajación para todas aquellas personas que van a esquiar a la Cerdanya o hacen otros tipos de actividades.
"Pensar que lo que vemos verde pueda ser blanco de nieve y estar dentro del agua es un placer inexplicable", asegura el alcalde, que ha recordado que esta oferta ya existe en varios puntos de la Alta Cerdanya, como en Dorres y Alp.
La temperatura actual del agua ronda los 30 grados y esperan que esta se vaya incrementando en las próximas semanas de forma natural hasta los 39 grados. Sin embargo, Nova dice que si fuera necesario terminar de calentarla "como hacían los romanos", se están estudiando sistemas sostenibles, como la instalación de una caldera de biomasa o el aprovechamiento de las cubiertas para colocar en ella paneles solares.
En lo referente a las propiedades de las aguas, se ha comenzado a analizar y se prevé que este procedimiento se alargue durante un año.
Tras conocer cuáles son sus beneficios para la salud y para el consumo, teniendo en cuenta su PH elevado y la muy baja mineralización, el objetivo es poder contar en un futuro con una certificación de balneario.
