Machhapuchhare, la montaña del Himalaya que sigue virgen porque está prohibido subir
Existe una cima del Himalaya que todavía nadie ha podido ollar y no será por falta de interés. Se trata del Machapuchare, Machhapuchchhre o Machhapuchhre -se puede encontrar escrito de las tres maneras-, una montaña situada en la cordillera del Annapurna de Gandaki Pradesh, en el centro-norte de Nepal.
Los hindúes lo consideran un lugar sagrado, el hogar del dios Shiva, y su pico más alto, de 6.993 metros, nunca ha sido escalado oficialmente debido a la imposibilidad de obtener un permiso del gobierno de Nepal.
Se trata de un lugar mítico en la cordillera del Annapurna y una rareza dentro de Nepal, que cuenta con tres de los 10 picos montañosos más altos del mundo y donde el alpinismo son una importante fuente de ingresos para sus habitantes y para las arcas del país.
Sin embargo, el Machhapuchhare parece completamente aislado entre los otros picos y ajeno a las expediciones que llenan de escaladores sus cimas, con el Everest y el Annapurna como referentes.
La posición geográfica de la montaña ofrece una vista impresionante de su cumbre desde cualquier lado y a gran distancia. La cima de Machhapuchhare se eleva como torres dobles que se retuercen entre sí, unidas por una cresta afilada. De ahí su nombre, que significa “cola de pez” del nepalí माछापुच्छ्रे.
A diferencia de otras cimas conocidas en Nepal y el Tíbet, que comienzan su ascenso hacia el cielo desde otras montañas medianas, la espectacular belleza de Machapuchare se acentúa por su subida empinada y escarpada desde las llanuras a ras de suelo.
A día de hoy el Machhapuchhare se mantiene intacto y el único intento oficial que consta de escalarlo fue en 1957, cuando un equipo británico dirigido por Jimmy Roberts, intentó coronar la cima.
Dos de los escaladores de la expedición de Roberts , Wilfrid Noyce y ADM Cox, consiguieron escalar hasta 150 m de la cumbre -otras fuentes dicen que 45 metros- a través de la cresta norte, a una altitud aproximada de (6.947 m), pero de acuerdo con la palabra de honor que le dieron entonces al rey Mahendra, Noyce y su equipo descendieron sin pisar la cima, a causa del mal tiempo publicando así el único registro de escalada de la montaña un año después.
El teniente coronel James Owen Merion Roberts, fallecido en 1997 y conocido popularmente como Jimmy Roberts, fue un célebre oficial del ejército británico que contribuyó en gran medida al desarrollo del turismo de montaña en Nepal.
Fue nombrado primer agregado militar en Nepal en 1958, y utilizó su posición, pasión y conocimiento del Himalaya para abrir montañas remotas para el trekking comercial, que hoy en día es una industria que ha contribuido significativamente a la economía y las comunidades locales de Nepal.
El propio Roberts reconoce en el prefacio del libro Climbing the Fish's Cola que el Machhapuchhare se convirtió en una obsesión, "pero en aquellos días, el interior de Nepal era una tierra prohibida, más cerrada que incluso La Meca o Lhasa en su apogeo".
Después de la expedición frustrada, Roberts hizo una solicitud bastante inusual al gobierno de Nepal: prohibir el ascenso a Machhapuchhare. Sorprendentemente, el gobierno escuchó su solicitud y la aceptó, aunque sigue siendo un misterio cómo lo consiguió.
Desde entonces, no se han emitido más permisos para escalar la montaña y sólo hay informes de un escalador de Nueva Zelanda, Bill Denz, que hizo un intento exitoso pero ilegal de llegar a la cima a principios de la década de 1980. Pero su muerte en una avalancha tres años más tarde, dejó incompleta su historia.
Si bien no es posible ascender hasta la cima, las empresas de trekking de la región de Annapurna llevan a los “turistas” al campamento base de Machapuchare a 3700 metros de altura. Pero solo hasta allí, donde es posible pasar la noche y explorar el santuario circundante, que está bordeado por los imponentes picos de Annapurna South, Hiunchuli y el propio Machapuchare.
Gracias a su protección, Machapuchare se mantiene virgen mientras las montañas circundantes se llenan de basura y de alpinistas. En manos del Gobierno del Nepal está que siga siendo uno de los últimos lugares de la Tierra fuera del alcance del ser humano.