Desaparece la cascada de San Rafael, la más alta de Ecuador
Un enorme cráter de unos 200 metros de diámetro ha destruido la cascada de San Rafael, un fenómeno natural de enorme importancia en Ecuador tanto a nivel natural como turístico. Los primeros estudios apuntan a que todo se debe a un proceso natural común -un derrumbe de tierras-, aunque otros sugieren que la construcción de la represa de una planta hidroeléctrica cercana ha jugado un importante papel en la “muerte” de este monumento natural.
Según las autoridades locales, recientemente se formó un sumidero a pocos pies sobre la cascada de San Rafael, que pudo haber redirigido su flujo de agua. El Observatorio de la Tierra de la NASA está investigando la desaparición de la cascada.
Rodeada de exuberante vegetación y mariposas raras, la cascada de San Rafael era uno de los paisajes más cautivadores de Ecuador. Pero ahora, la cascada ha desaparecido. Dejó de fluir el 2 de febrero de 2020, en menos de 12 horas.
Situada en el Parque Nacional Cayambe-Coca, sus 150 metros de caída por 14 metros de ancho, el río y las caídas atraviesan una espesa zona de bosque nuboso en la intersección de las montañas de los Andes y la cuenca del Amazonas.
Cada año, la visitaban más de 20.000 personas al año. Sin embargo, el desprendimiento de tierra ha destruido esta maravilla natural, dejando solo visibles tres hilos de agua.
Según los informes de los medios, un gran sumidero apareció en el río Coca unos metros antes de las cataratas y desvió el curso de agua. Ahora, el agua cae en tres secciones separadas y en una pendiente menos empinada, que no se puede ver desde las estaciones de observación ubicadas alrededor de la cascada original.
Los investigadores creen que las tres corrientes podrían causar erosión en el origen del canal y crear un río aguas arriba, lo que podría cambiar la topografía del valle.
La causa del sumidero está bajo investigación. Algunos geólogos piensan que la deformación se produjo de forma natural, mientras que otros investigadores sospechan que puede estar vinculada a la nueva construcción de la planta hidroeléctrica más grande del país.
El doctor en Ecología y Conservación de ecosistemas de montaña, geología y conservación de fauna silvestre, Esteban Suárez, explica a medios ecuatorianos que lo ocurrido es una señal de alarma “porque seguimos construyendo represas, carreteras, oleoductos, en zonas que son extremadamente volátiles desde el punto de vista geológico y volcánico”.
“Se trata de una zona increíblemente sensible y de mucho riesgo geológico por lo que el colapso de la cascada, independientemente de sus razones, debe servir de alerta de cara a la planificación de nuevas infraestructuras”, señala Tony Rojas, gobernador de la provincia de Sucumbíos, región donde se encuentra el parque.
El ministerio de turismo de Ecuador no tiene la intención de reconstruir el lecho del río o restaurar San Rafael. La cascada ahora es parte de la historia.