Los investigadores hallan una casa de 3.800 años de antigüedad en el Parque Nacional de Aigüestortes
El Grupo de Arqueología de Alta Montaña de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en colaboración con el CSIC ha revelado un descubrimiento arqueológico singular que arroja nueva luz sobre la historia antigua de la esta zona del Pirineo.
Ubicada en el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici, se ha documentado la presencia de una antigua casa de la Edad del Bronce en el yacimiento conocido como Abric del Portarró, situado a una altitud impresionante de 2.280 metros sobre el nivel del mar. Esta fascinante estructura, que data aproximadamente de hace 3.800 años, se ha convertido en un punto de inflexión en la investigación arqueológica de la región pirenaica.
Ermengol Gassiot, director de la excavación, no escatima en detalles al describir la importancia de este hallazgo excepcional. Afirmó que la casa recién descubierta podría ser el vestigio arquitectónico más antiguo jamás documentado en todo el macizo pirenaico, remontándose a una época en la que la humanidad comenzó a dejar una huella duradera en el entorno montañoso. Esta invaluable adición al conocimiento arqueológico proporcionará una mayor comprensión de una era crucial en la prehistoria, caracterizada por el impacto humano sin precedentes en la vegetación de alta montaña.
Este hito trascendental no se limita a la estructura misma; también se han encontrado artefactos clave que iluminan la vida cotidiana de los habitantes de esa época remota. Los restos de cerámica descubiertos en el yacimiento sugieren actividades como cocinar, almacenar alimentos y comer. Esta abundancia de fragmentos cerámicos, según Ermengol Gassiot, arroja nueva luz sobre la estabilidad de los asentamientos en las zonas elevadas durante la prehistoria. Contrariamente a las creencias previas, parece que estos pobladores antiguos establecieron comunidades más arraigadas en las alturas, en comparación con la noción tradicional de la movilidad nómada característica de la vida pastoril.

La cerámica no es el único rastro de la antigua vida en la alta montaña. Los arqueólogos también han desenterrado una punta de flecha, sugiriendo la posible presencia de actividades de caza y subsistencia en este entorno desafiante. No obstante, lo que hace que este descubrimiento sea aún más significativo es el hecho de que estas herramientas agrícolas y de caza estaban hechas de sílex, un material ausente en la región del Parque Nacional de Aigüestortes. Este detalle revela que las interacciones humanas en la antigüedad trascendieron las fronteras geográficas, lo que posiblemente indica un grado de movilidad y conexión entre comunidades dispersas.
El impacto de este descubrimiento va más allá de su significado arqueológico inmediato. Ermengol Gassiot subraya que la acumulación constante de datos provenientes de diversas excavaciones en el Parque Nacional está transformando nuestra percepción de la alta montaña.
Encontraron restos de hoz, herramienta utilizada para segar. Este dato podría llevar a considerar la posibilidad de la existencia de campos de cultivo de cereales en la alta montaña, a alturas superiores a los 2.000 metros, más allá de lo que podríamos imaginar en la actualidad.
Las tierras situadas por encima de los 2.000 metros de altitud no solo fueron dominadas por la ganadería, como se creía anteriormente, sino que también se convirtieron en el escenario de actividades agrícolas fundamentales. Este cambio de paradigma desafía las concepciones tradicionales y nos insta a reconsiderar el papel de las comunidades antiguas en la configuración del paisaje montañoso.
En última instancia, este emocionante descubrimiento no solo enriquece el cuerpo de conocimientos sobre el patrimonio arqueológico de Aigüestortes, sino que también arroja luz sobre la forma en que nuestros antepasados interactuaron con el entorno natural en las alturas del Pirineo. Cada excavación, cada pieza de cerámica y cada herramienta de sílex desenterrada contribuye a la narrativa en evolución de la ocupación humana en estos enclaves de montaña imponentes.