Lleida y Girona pierden un 47% y un 57,7% de turistas, aunque confían en recuperarse si no hay nuevas restricciones
El miedo a viajar, las restricciones de movilidad y fronterizas, las cuarentenas obligatorias, la parada forzada de la actividad económica, la implementación de medidas sanitarias y de seguridad, además de la fluctuante incertidumbre, ha actuado de manera directa y negativa en la actividad turística mundial.
Como era de esperar, el año 2020 se ha cerrado con números negativos en el sector del turismo de Lleida y Girona. Los Patronatos de Turismo han presentado sus respectivos balances, que constatan unos descensos ya previstos a causa de la crisis derivada de la pandemia de la Covid-19.
Dos datos invitan, sin embargo, a un cierto optimismo: por un lado, la buena ocupación registrada durante los dos meses previos a la pandemia en las comarcas de montaña y, por otro, el hecho de que se haya levantado el desconfinamiento comarcal, que hace pensar al sector turístico que podrá trabajar, a partir de ahora, sin nuevas restricciones y con la aplicación de todos los protocolos de seguridad.
En el año 2020, la demarcación de Lleida, ha perdido un 47% de los turistas y ha registrado un 36,8 % menos de pernoctaciones, pero con diferentes porcentajes según la tipología de establecimientos. Así, el sector del camping ha visto reducidas las pernoctaciones un 8,4%, el turismo rural un 16,3% y los apartamentos turísticos un 26,4%.
En Lleida, el turismo extranjero ha tenido una caída del 70% en el número de viajeros y del 65% en pernoctaciones.
Y eso que los meses de enero y febrero, antes del confinamiento, el conjunto del sector registró un crecimiento de un 20%, marcando un buen inicio del año debido a la temporada de esquí, siguiendo la tendencia creciente que ha mantenido el turismo en la demarcación de Lleida en las últimas temporadas.
También el verano se cerró con un resultado favorable en la zona del Pirineo, según destaca la vicepresidenta del Patronato de Turismo, Rosa Pujol.
Según datos del Observatorio del Departamento de Innovación Turística de la Fundación Eureca, que publica el Patronato de Turismo Costa Brava Girona de la Diputación de Girona, en el año 2020 la demarcación de Girona ha recibido 3.346.055 turistas, un 57,7% menos que el año 2019, que han generado cerca de 10.037.448 de pernoctaciones, un 61,2% de menos que el año 2019.
Por marcas turísticas, en la Costa Brava el número de pernoctaciones decreció casi dos tercios (-62,4%), y fue el mercado extranjero el que tuvo una caída más importante (un 82,1%). De hecho, el turismo catalán, con 1,6 millones de viajeros, fue el que salvó al sector de mayores pérdidas.
En el Pirineo de Girona, las pernoctaciones se redujeron a la mitad (-49,4%), lo que supone una caída del 70% tanto del mercado internacional como del resto del Estado.
El presidente de la Diputación de Girona y del Patronato de Turismo Costa Brava Girona, Miquel Noguer, ha manifestado que el ejercicio 2020 se puede definir como "la peor temporada turística de la historia". Como dato negativo destacable, está la prácticamente "inexistente temporada de invierno en el Pirineo de Girona", debido a los rebrotes y la segunda ola de la pandemia, que segaron las expectativas de las empresas y los destinos de interior, que durante el último verano habían alcanzado cifras satisfactorias.
El presidente considera fundamental agilizar y extender la vacunación a toda la población para recuperar la salud y la economía, generar confianza y seguridad en los turistas, y, también, definir un marco normativo europeo en cuanto a las políticas turísticas y de movilidad de las personas a corto plazo.
Precisamente, los representantes del sector turístico de Lleida han valorado de forma muy satisfactoria el anuncio hecho esta mañana por el Procicat de levantar el confinamiento comarcal y permitir a partir del 15 de marzo la movilidad en Catalunya.
De cara a las próximas vacaciones de Semana Santa, los diferentes subsectores de alojamiento turístico de Lleida han expresado el buen nivel de reservas que tienen en estos momentos y las ganas que la gente tiene de salir y disfrutar de los espacios naturales y de las actividades al aire libre.
Desde el sector de la hostelería se ha pedido poder ampliar los horarios de apertura actuales de bares y restaurantes hasta la hora de cenar y también poder abrir las terrazas hasta más allá de las 17 horas que está permitido actualmente.