Nepal pone freno a los 6.000 helicópteros turísticos que sobrevuelan el Everest cada temporada
Desde este 1 de enero, una nueva normativa para restringir los vuelos turísticos en helicóptero en el Everest, anunciada tras una reunión entre las autoridades del parque, la Municipalidad Rural de Khumbu Pasang Lhamu y la Asociación de Operadores de Aerolíneas de Nepal (AOAN), busca equilibrar el turismo con la conservación ambiental en una de las regiones más icónicas y frágiles del planeta.
Cada año, más de 6.000 helicópteros sobrevuelan el Everest, ofreciendo a los turistas vistas exclusivas del pico más alto del mundo. Sin embargo, esta práctica ha generado crecientes críticas por su impacto en el ecosistema, la fauna local y las comunidades de la región, que dependen de la montaña no solo como fuente de ingresos, sino como un espacio cultural y natural sagrado.
La decisión inicial del SNP de prohibir los vuelos comerciales, impulsada por preocupaciones sobre la contaminación acústica, la destrucción de hábitats y la alteración de la vida silvestre, desató un conflicto abierto.
Grupos juveniles locales bloquearon helipuertos y advirtieron a las tripulaciones, mientras la AOAN suspendió todos los servicios en la zona, incluyendo los aviones STOL que conectan con el aeropuerto de Lukla. La Autoridad de Aviación Civil de Nepal (CAAN) intervino, calificando las restricciones como ilegales y exigiendo que se garantizaran los vuelos.
Tras la polémica, el Parque Nacional de Sagarmatha (SNP), hogar del Everest, ha modificado su postura inicial y permitirá operaciones de helicópteros, pero bajo estrictas condiciones: los vuelos deben cumplir con las leyes locales, garantizar la seguridad de las tripulaciones y los pasajeros, pagar impuestos aplicables y evitar cualquier daño al medio ambiente.
También se priorizarán los rescates médicos y el transporte de carga esencial, aunque el parque deja claro que estas actividades serán monitoreadas de cerca.
"El creciente número de vuelos alcanzó niveles insostenibles, comprometiendo no solo la tranquilidad de nuestras comunidades, sino también la supervivencia de especies clave del ecosistema", declaró Sonam Dorji Sherpa, líder del Club Juvenil Ama Dablam, quien lideró las protestas locales.
Según expertos, la fauna del parque, como el tar del Himalaya y el goral, ha sufrido un aumento de accidentes debido al ruido constante, que desorienta a los animales y los empuja a situaciones de peligro.
El turismo en helicóptero sobre el Everest es un mercado de lujo en auge, con vuelos que cuestan alrededor de 8.000 dólares por recorrido.
Aunque los operadores aéreos defienden que esta actividad es vital para la economía local y el acceso al parque, los residentes argumentan que los beneficios no se distribuyen de manera justa.
"Los helicópteros han reducido drásticamente la necesidad de guías y porteadores, ya que ahora muchos turistas optan por vuelos rápidos de regreso a Katmandú, en lugar de realizar las tradicionales caminatas de 14 días", explica Mingma Sherpa, del Grupo Juvenil Namche.
Según datos de la oficina de policía turística de Namche Bazaar, en la última temporada de otoño, más del 40% de los excursionistas que llegaron al campamento base del Everest eligieron volar de regreso en lugar de completar la caminata.
El SNP, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979, debe equilibrar la conservación con el desarrollo económico. Las tensiones entre los intereses de las empresas turísticas, las comunidades locales y las autoridades nacionales reflejan una lucha más amplia sobre cómo gestionar un turismo sostenible en un lugar de importancia global.
"El Everest no solo es un destino turístico, es un símbolo del patrimonio natural y cultural de Nepal. Debemos protegerlo para las generaciones futuras", concluyó Deepak Raj Joshi, director general de la Junta de Turismo de Nepal, quien aboga por un diálogo más amplio entre todas las partes involucradas.
Aunque los vuelos turísticos se reanudarán bajo estas nuevas condiciones, el conflicto subyacente evidencia la urgente necesidad de un marco regulador claro que garantice la protección de este tesoro natural sin comprometer el sustento de las comunidades locales.