En Gran Canaria, no te acostarás sin saber una cosa más
Paseando por Gran Canaria se descubren tantas cosas como paisajes espectaculares con mar, montaña, temperaturas increíbles, fauna, flora... Un mundo en tierra y otro en agua. Visitando, escuchando, leyendo y simplemente conversando con sus habitantes, se descubren curiosidades que aumentan aún más el interés de la isla. Son esas sencillas preguntas que un conocedor te hace. Del tipo: - ¿sabías que…? El que lo sabe tiene ganas de contártelo porque lo considera interesante y cree que a ti también te lo parecerá.
¿Cómo es que Agatha Christie fue una gran amante de Gran Canaria?
La escritora británica Agatha Christie, reina de la novela policíaca, fue también una viajera incansable. Acompañaba a su segundo marido, arqueólogo, en sus excavaciones. Con él fue, por ejemplo, a Irak y Siria. En 1922, se embarcó en un viaje alrededor del mundo que duró 10 meses. “Cambió mi vida”, comentaba ella. Vivió experiencias fascinantes como la de un largo recorrido con el Orient Express, que encontraba fascinante.
Pero, de todos los lugares que conoció, hubo una isla de la que siempre se confesó enamorada: Gran Canaria. Tanto fue así que, entre 1920 y 1930, se instaló en Las Palmas de Gran Canaria, la capital de la isla, concretamente en el histórico Hotel Metropole, uno de los más exclusivos de la época, regentado por británicos.
Agatha Christie vivió en plena época victoriana, momentos de constricción social -sobre todo para las mujeres-, pero supo esquivar la rigidez de ese modelo social. Recorrió mucho mundo y su trayectoria, junto con su inteligencia, hicieron de ella una mujer muy avanzada a su tiempo. Llegó a divorciarse, algo inusual. Y, por entonces, poco bien visto. Fue después del divorcio cuando decidió instalarse en Las Palmas capital. Allí, solía frecuentar el British Club y el Tennis Courts.
Pero lo que más le gustaba era sentarse en la terraza del hotel y dejarse maravillar por un paisaje sosegante de arena y mar. Inspirador. Precioso. Muy único. Algunas de las aventuras de Hércules Poirot, Agatha Christie las escribió precisamente desde la terraza del hotel.
Quién sabe qué momentos de los misterios de sus relatos detectivescos proceden de sus estimados paseos por las calles de Las Palmas (ciudad capitalina) o de hacer otra de las cosas que la entusiasmaba: bañarse en sus cálidas aguas, bajo un amable sol y una temperatura espléndida.
¿Sabías que la película ‘Moby Dick’, protagonizada por Gregory Peck, se rodó en la grancanaria Playa de Las Canteras en 1.954?
Hoy, en Gran Canaria, dicen que la Playa de las Canteras es el tesoro sin enterrar de la capital de la isla, una perla que para qué va a esconderla la ciudad si así, tal como está, es perfecta para ser disfrutada. Los tesoros, tesoros, si se puede, hay que mantenerlos a la luz de todos. La Playa de Las Canteras es una larga lengua de arena, de varios kilómetros, que se extiende por la bahía y que tiene un encanto especial.
Quizás por ello, por el encanto que aún hoy mantiene, Hollywood se fijó en esta isla y en esta playa. Y, concretamente el consagrado Orson Wellles, su director. El rodaje de Moby Dick y el hecho de que su protagonista y galán de moda, Gregory Peck, se paseara por las calles isleñas fue todo un acontecimiento.
Lo que hoy diríamos: Hollywood puso a Gran Canaria en el mapa de los puntos conocidos del planeta. Eran los años 50 y, por aquel entonces, el turismo en Gran Canaria era muy, muy reducido. Esta película, que fue la más taquillera en Estados Unidos en 1956, permitió que los escenarios también cautivaran al público.
Para construir la maqueta de Moby Dick la inmensa ballena de esta superproducción, se tardó más de un mes. Se hizo en una compañía carbonera de la ciudad de Las Palmas. Cuentan algunos isleños, hoy ya mayores, y que formaron parte del grupo de más de 100 operarios que trabajaron en ello, que hacían horas extras con la ballena cuando acababan su jornada recogiendo plátanos. La aleta fue lo único que trajeron de Londres.
Han pasado más de 60 años desde que esto sucedió. Hoy, la Playa de las Canteras sigue siendo un atractivo muy interesante por su buen tiempo casi todo el año. Pero, además, es una especie de Central Park versión playera, donde se puede hacer deporte cualquier día de la semana. Sombrillas, bañadores y tablas de surf forman parte del paisaje.
Bajo el agua, miles de tipos de peces. Una gran reserva marina. En tierra, paseantes, pescadores y surfers. Puede que Gregory Peck caminara sobre el aguas un día de marea baja, sobre lo que los locales llaman "La Barra". Es una curiosa línea de piedra, una larga formación rocosa que, cuando la marea baja queda en superficie y si alguien camina por ella parece que esté caminando sobre las aguas.
Algo breve, pero intenso y devastador que acaba tañendo campanas
¿Sabías que una de las campanas de la Catedral de Santa Ana de las Palmas de Gran Canaria fue donada en 1999 por la colonia neerlandesa en la isla? Y ¿cuál fue el motivo? Pues casi una petición de perdón, un intento de resarcir que el pirata holandés Pieter Van der Does, en 1599, asaltara e incendiara la isla.
El temido corsario, al mando de la armada holandesa entró con una flota de 76 buques de los que desembarcaron 12.000 piratas en una isla en que la población era de 5.000 habitantes. Desembarcaron en la bahía del puerto de las Isletas. Querían que Gran Canaria fuera la primera de las islas canarias conquistadas, pero no lo consiguieron. Tras una semana de devastación, la escuadra fue derrotada en la Batalla de El Batán. En Gran Canaria, cada año, se celebra una fiesta y se conmemora la gesta.
¿Sabes por qué el auditorio de Las Palmas de Gran Canaria lleva el nombre del tenor Alfredo Krauss?
La respuesta es fácil. En 1927, el autor lírico ligero Alfredo Krauss nació en Las Palmas de Gran Canaria. Fue uno de los grandes de la ópera y la zarzuela. Entre otros, compartió reparto en La Traviata con María Callas. Actuó, entre otros, en escenarios como el Covent Garden de Londres, La Scala de Milán y el Metropolitan de Nueva York.
Pero su auditorio, el de Las Palmas de Gran Canaria, nada tiene que envidiar a estos emblemáticos teatros. Se trata de un edificio altamente singular del arquitecto catalán Óscar Tusquets Blanca y un excelente equipo.
El lugar donde se ubica ya es excepcional: uno de los extremos de la Playa de Las Canteras, el Auditorio Alfredo Krauss, que es también el Palacio de Congresos de Canarias, es un icono de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de un espacio de 16.750 m2, con un aforo de hasta 4.600 personas conjugando belleza y funcionalidad al borde del océano Atlántico.
El edificio se basa en el concepto: “fortaleza que protege y faro que orienta”. En él, el artista y arquitecto grancanario Juan Bordes firma una intervención escultórica espectacular en que recrea la fauna marina de la playa de Las Canteras, tanto en el interior como en cada una de sus fachadas.
El turismo en Gran Canaria y el milagro de sus aguas
El turismo en Gran Canaria se inició a finales del siglo XIX con una amplia oferta de balnearios que atrajo a visitantes europeos de alto poder adquisitivo. El mayor reclamo eran sus aguas, pero no solo las saladas. Por entonces, principalmente sus aguas dulces. Esas de las que se podía disfrutar en un balneario. Pero, el único tipo de turismo que tenía posibilidades de disfrutarlo era el adinerado que procedía, sobre todo, del norte de Europa. Ese fue el inicio de la que más tarde sería la eclosión del turismo en Gran Canaria.
Se centraba en balnearios con aguas ricas principalmente en sodio y potasio y el placer de bañarse en aguas tibias, bajo la agradable temperatura ambiental. Un conjunto de placeres que dio pie al boca oreja y, más tarde, a la circulación de fotografías. En los relatos de las estancias, se corría la voz de que -cierto o no- esas aguas tenían un poder tan curativo que casi era, incluso, milagroso.
Hoy, el atractivo de las aguas de Gran Canaria, que llama al turista, ha cambiado de sabor. El mayor reclamo es el agua marina de esta isla de contrastes y el sinfín de actividades que se pueden realizar.
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