En Gran Canaria, la magia navideña está hecha de naturaleza, arena y sal
Podemos empezar con la propuesta navideña más genuina: el Belén. Iniciar el año nuevo con un baño en sus cálidas aguas. Apreciar su artesanía en ferias y mercados. Dejar que nos envuelva la música. Saborear deliciosos dulces tradicionales. Y, como los Reyes Magos, subirnos a lomos de un camello mientras cabalgamos por la arena, junto al mar, y admiramos el fabuloso cielo estrellado. De cuento. Mágico.
Belenes con alma y mucho arte
Dicen en Gran Canaria que el Belén de la Playa de Las Canteras de Las Palmas de Gran Canaria está hecho de arena y sueños. Nosotros añadimos: “y huele a sal”. Está compuesto por ocho escenas creadas, cada una de ellas, por un artista de una nacionalidad distinta, haciendo honor a uno de los slogans que mejor definen la isla: “Gran Canaria, un continente en miniatura”. Los visitantes se pasean entre miles de toneladas de arena delicadamente modelada.
Podemos no quedarnos tan solo con la magnificencia de este y disfrutar de los muchos y encantadores montajes belenísticos que se hacen en casi todos los municipios o en otros lugares de la capital, Las Palmas de Gran Canaria. Lugares como: la Casa de Colón, la sede del Cabildo, el Salón Parroquial de San Telmo o las Casas Consistoriales. Se trata, además, en su mayor parte, de belenes llevados a cabo por artesanos. Alma y buen hacer.
Después de las 12 campanadas, un buen chapuzón
Justo a partir del primer minuto de año nuevo, nos espera todo un océano. Olas para combinarse con las burbujas del champán. Dicen que el agua resetea, invita a recomenzar. Las aguas que bañan las costas de Gran Canaria acogen cada año nuevos chapuzones llenos de deseos y buenos propósitos. Bañados por el agua, si miramos al cielo, según dónde estemos, es muy probable que, además de las estrellas, en el cielo, podamos cómo chispean fuegos artificiales. Agua, fuego, sal… Alegría.
Artesanía que conjuga tradición y modernidad llena las calles de color
El espíritu creativo y las manos hábiles de los habitantes de la isla está presente por todas partes. Color, forma, encanto… Bebe, claro está, de la tradición y ahí lo que lo hace singular, único. La esencia está presente, aunque no deja de innovar. Durante las fechas navideñas, cuando todos estamos buscando ese regalo que hacer, podemos hacer paradas que nos complacerán en la Feria de Artesanía de San Telmo o la Feria Regional de Artesanía y lo que, además, tenemos asegurado es encontrarnos con esos mercadillos locales en que se despliega la artesanía local.
La música acompaña las fiestas. De fondo, el murmuro de las olas
La ubicación geográfica de Gran Canaria, su historia y el mestizaje europeo, americano y africano dan a la isla un ritmo especial. Repleta de registros musicales, la isla es, tal como dice su propia gente, una caja de resonancia de todo lo que ha sido, ha acogido, ha aprendido..., y que la han hecho capaz de tocarlo y entonarlo casi todo, desde música clásica a géneros propios.
En las fiestas navideñas, la oferta musical es muy amplia. Es una ocasión perfecta para disfrutarla.
La Orquesta Sinfónica de Las Palmas ofrece el tradicional Concierto Popular del Año Nuevo en el Auditorio Alfredo Kraus, un maravilloso enclave que, tras los cristales de su escenario, deja ver el mar y cuyo nombre homenajea al tenor, uno de los mejores del mundo, nacido en Las Palmas de Gran Canaria. En un ambiente muy distinto, el del barrio histórico de Vegueta, en la Plaza de Santa Ana, tiene lugar al tradicional concierto navideño gratuito, en que el público reconoce obras tradicionales e incluso las tararea. Entrañable.
La gastronomía, sal y azúcar. Sabor a mar y cabello de ángel
La altísima calidad de sus productos combinada con una las muchas fórmulas de guiso, aderezo y creación o simplemente plancha llenan la isla de lago imprescindible en estas fiestas: una gastronomía para ser saboreada más que nunca. Cada zona de la isla posee su propio sabor. Hay donde elegir, hay donde deleitar el paladar descubriendo gustos.
Los barcos que salen al alba de los puertos pesqueros y regresan con ese pescado y ese marisco que salta en cubierta; los rebaños de cabras y ovejas que pastan; o su leche dan lugar a quesos sabrosísimos y a recetas de carne o pescado, que invitan a mojar pan. Saborearlo no necesita excusa. Pero, en caso de que alguien la prefiera, las fiestas navideñas son fechas ideales para hacerlo.
Y, para postre, un dulce a elegir entre: los mazapanes, los turrones o las truchas que se rellenan de batata o de cabello de ángel. Esos que dicen que recuerdan a los ángeles de arena de Las Canteras.
La carrera de San Silvestre a mayor temperatura de Europa. Deporte y solidaridad
Gran Canaria es naturaleza pura, de esa que invita a respirarla, a disfrutarla y también a aprovecharla para practicar deporte.
Senderismo, actividad acuática e incluso escalada. Se puede disfrutar del aire libre y del deporte durante la Navidad es la propia naturaleza insular, tanto en la costa como en el interior, con inscripción gratuita para senderos y días de playa durante todo el año.
Los Reyes Magos llegan a lomos de un camello
Dejando sus huellas en la arena, con el mar como escenario, la Noche de Reyes, Melchor, Gaspar y Baltasar, seguidos por su séquito, avanzan sobre camellos ante las caras ilusionadas de los más pequeños y bajo un cielo en el que se ven tantas estrellas, que es difícil distinguir cuál es la que tienen que seguir.
Y, para saber más, en Navidad, qué mejor que un cuento: