Sumérgete en las piscinas naturales de Gran Canaria en pleno invierno
Caprichosamente y siglo tras siglo, la lluvia, el viento y las olas, han ido esculpiendo un paraje volcánico en la costa norte de Gran Canaria, que guarda secretos naturales increíbles. Cuando baja la marea, los huecos del suelo volcánico quedan repletos de agua y emerge un grupo de ocho piscinas naturales, a resguardo de la posible bravura del océano, donde disfrutar de aguas tranquilas y seguras en pleno Atlántico.
Descubramos una ruta espectacular que nos permite conocer esta maravilla.
Los Charcones de Arucas
Cerca de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, encontramos Empezamos por Los Charcones de Arucas. Es una de las mayores de la isla. Aguas cristalinas que dejan ver los cabosos, las lisas y los demás pececillos que nadan en la transparencia. Puede que nos llame la atención alguno de los cangrejos rojos como el fuego que hay cerca de las rocas.
Los Charcones cuentan con bandera azul dada la calidad de sus aguas y los servicios que ofrece.
Roque Prieto
Siguiendo hacia el oeste, desde el Charco de San Lorenzo, llegamos al municipio de Santa María de Guía. Allí nos encontramos con la piscina del Roque Prieto. Llama la atención la forma de su perímetro. Brazos de lava que se han unido para formarla.
Emiliano y El Agujero
En la ruta por las piscinas naturales de Gran Canaria, no pueden faltar Emiliano y El Agujero, ambas den Gáldar.
El Agujero, y de ahí su nombre, es un enclave recogido, al amparo de las formas escarpadas que lo rodean. Ambas se encuentran, además, muy próximas a yacimientos arqueológicos de los aborígenes canarios.
Dos Roques
Muy cerca de Emiliano, nos encontramos con la piscina de Dos Roques que, como las de Emiliano, es una de las que también está situada al lado de la playa, aislada del océano por muros., garantizando así su tranquilidad. Ideal para niños.
Las Salinas
Si nos vamos aún más hacia el noroeste, llegamos a Agaete. En este minicipiose encuentra la piscina natural de Las Salinas.
El tiempo se detiene en estas piscinas naturales. Somos un burgao
Es invierno y estamos en el agua y bajo el sol. Todo es tranquilidad y, si queremos, podemos imitar a los burgaos, unos minúsculos caracoles marinos que encontramos en estas charcas. Parece que estén quietos, pero -en realidad- no lo están. Avanzan lentamente. Tranquilos. Dejando un rastro sinuoso. Eso que algunos llaman "el baile del burgao". Algo a lo que estas piscinas invitan.
- Más información: Patronato de Turismo de Gran Canaria