Huesca concentra la mitad de los rescates de montaña de España
Las escapadas a la montaña durante el verano han seguido ganando terreno a los tradicionales viajes a la playa en España, un cambio de tendencia que ha incrementado significativamente la actividad de los equipos de rescate.
Esta situación es especialmente visible en la provincia de Huesca, en el Pirineo aragonés, donde se realizan la mitad de los rescates de montaña del país. Durante el primer fin de semana del verano, los Grupos de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil (GREIM) se enfrentaron a un intenso comienzo de temporada, con 12 intervenciones en tan solo dos días.
El año pasado, el GREIM llevó a cabo 534 operaciones en las que se rescataron a 774 personas en Aragón, un número que representa un incremento del 9% respecto al 2023.
La llegada del verano intensifica aún más la actividad, obligando a los equipos a redoblar sus esfuerzos para atender a los montañeros en apuros.
El teniente Baín Luis Gutiérrez, jefe del GREIM de Jaca, señala all Periódico de Aragón que la formación de los especialistas es continua y específica, y que durante los meses de junio a septiembre se refuerzan tanto el personal como los recursos materiales. "Desde junio hasta septiembre, al helicóptero habitual que se encuentra en Huesca se le añade un aparato extra en Benasque", apunta Gutiérrez.
La demanda de rescates en el Pirineo Aragonés es tan alta en verano que, en ocasiones, los equipos deben priorizar las intervenciones según la gravedad de los accidentes.
"Hay veces que tenemos que priorizar y eso se hace en función de la gravedad del accidente. Una persona que se ha perdido pero que no ha sufrido ninguna lesión puede esperar más que alguien para el que el paso de los minutos pueda ser cuestión de vida o muerte", explica Gutiérrez. La adaptabilidad es clave, ya que "nunca hay dos rescates iguales" y los rescatistas deben estar preparados para ajustarse a cualquier situación que se presente.
El perfil del montañero ha cambiado en los últimos años, especialmente tras la pandemia, que promovió un aumento del turismo saludable y no masificado.
Sin embargo, el teniente Gutiérrez destaca que el rescate más común sigue involucrando a varones de entre 41 y 50 años que a menudo sobreestiman sus habilidades. "Hay veces que la vida solo da una oportunidad. Hay muchas veces que darse la vuelta es una victoria y no una derrota. La montaña siempre va a estar ahí", subraya Gutiérrez.
El primer fin de semana del verano trajo consigo un aluvión de rescates en el Pirineo. Entre el sábado y el domingo, los cinco equipos del GREIM, junto con los sanitarios del 061 y los helicópteros con base en Huesca y Benasque, atendieron 12 accidentes y extravíos en diversas localidades como Benasque, Sahún, Broto, Torla, Canfranc, Ansó, Aísa, Panticosa, Fanlo y Bierge.
Lamentablemente, uno de estos rescates resultó en la muerte de un escalador francés de 43 años en Torla, quien sufrió una caída de entre 15 y 20 metros. Además, hubo nueve heridos de diversa consideración y cuatro personas extraviadas fueron auxiliadas.
El sábado fue un día especialmente activo, con siete rescates, incluyendo dos en el collado de Coronas, donde dos montañeros resultaron heridos por caídas durante la ascensión al Aneto.
A pesar del inicio del verano, aún queda mucha nieve en las montañas por encima de los 2.400 metros, lo que añade riesgos adicionales. Otros rescates ese día incluyeron a una ciclista y un barranquista heridos, y a una senderista que se cayó 20 metros en Aguas Tuertas, donde las condiciones meteorológicas adversas impidieron el uso del helicóptero y obligaron a los rescatistas a acudir a pie. El día terminó con el rescate de dos senderistas extraviados en el pico Aspe.
El domingo, las operaciones continuaron con cinco rescates adicionales, atendiendo a una senderista caída en el camino GR11, a un excursionista mareado en el valle de Canal Roya, y a una barranquista con un posible esguince de tobillo en Bierge. Un desprendimiento de rocas en el valle de Bujaruelo provocó una fractura abierta a un senderista, y dos excursionistas en la ruta hacia el refugio de Góriz también necesitaron asistencia.
