Japón facilitará la caza de osos en zonas residenciales ante el aumento de los ataques
Japón vive una situación alarmante con un aumento de los ataques de osos, particularmente en las áreas residenciales, hasta el punto que quiere facilitar su caza.
Según datos oficiales, durante este 2024 -hasta abril-, se registraron 219 ataques de osos, seis de ellos fatales.
La situación ha empeorado en los últimos meses, con osos aventurándose cada vez más en zonas pobladas y, en algunos casos, considerando a los humanos como presas.
El problema tiene sus raíces en la recuperación de la población de osos en Japón, que ha coincidido con el envejecimiento y la disminución de la población humana, especialmente en áreas rurales.
Esta recuperación se ha visto en ambas especies principales de osos en Japón: los osos negros y los osos pardos del Ussuri.
En Hokkaido, la población de osos pardos ha más que duplicado desde 1990, alcanzando alrededor de 12.000 individuos, mientras que la población de osos negros se estima en unos 10.000.
La ley actual solo permite disparar a los osos con la aprobación de un oficial de policía, lo que complica y retrasa las intervenciones necesarias.
El gobierno planea revisar esta ley en la próxima sesión parlamentaria para permitir un uso más libre de las armas, especialmente en situaciones donde los osos amenacen la seguridad humana, como cuando entran en edificios.
Los cazadores, quienes tradicionalmente han controlado la población de osos, se muestran reacios a participar en la caza debido a los riesgos que conlleva.
Satoshi Saito, director ejecutivo de la Asociación de Cazadores de Hokkaido, expresó sus preocupaciones: "Es aterrador y muy peligroso encontrarse con un oso. Nunca está garantizado que podamos matarlo disparándole. Si no conseguimos detener al oso, éste se irá y puede atacar a otras personas. Si ataca a una persona, ¿quién será responsable?".
Las autoridades locales han intentado diversas estrategias para mantener a los osos alejados de las áreas residenciales.
En Hokkaido, por ejemplo, han implementado guardianes robóticos con forma de lobo, equipados con ojos rojos y aullidos espeluznantes.
Otras regiones están probando sistemas de alerta basados en inteligencia artificial.
La ciudad de Naie ha intentado contratar cazadores por un salario diario para patrullar las calles, colocar trampas y eliminar a los osos si es necesario, pero el interés ha sido bajo debido al riesgo y al salario poco atractivo.
En mayo, dos agentes de policía de la prefectura de Akita resultaron gravemente heridos por un oso mientras intentaban recuperar un cadáver del bosque, un claro indicio de la peligrosidad de la situación.
Mami Kondo, funcionaria del gobierno local, comentó: "Los osos saben que hay humanos presentes y atacan a las personas para conseguir su comida, o reconocen a las personas como alimento. Existe un alto riesgo de que un mismo oso provoque una serie de incidentes".
El aumento en los ataques de osos se debe a varios factores. El abandono de áreas rurales ha dejado pueblos casi vacíos, facilitando que los osos se aventuren en busca de alimento.
Además, los osos se están acostumbrando a la presencia humana y tienen menos miedo de los humanos.
El desafío para Japón es encontrar un equilibrio entre la conservación de la fauna silvestre y la protección de sus ciudadanos.
La revisión de las leyes de caza puede ser un paso necesario, pero debe ir acompañado de una estrategia integral que incluya medidas preventivas y la colaboración de las comunidades locales.
Mientras tanto, la población deberá mantenerse alerta y seguir las recomendaciones de seguridad para minimizar los riesgos de encuentros peligrosos con estos animales.