Los sherpas nepalíes se quedan sin modus vivendi
Los alpinistas que quieren ascender al Everest tienen que pasar obligatoriamente por Namche Bazar.
Esta población, situada a 3.500 msnm, es la puerta de acceso a la cima del mundo y por ella que tienen que pasar y residir temporalmente, sí o sí, todos aquellos que la quieren coronar porque es dónde los alpinistas realizan la estancia de aclimatación antes del ascenso y, por tanto, el negocio sobre el que pivota la actividad económica de la ciudad es dar servicios a estos visitantes.
Una gran parte de los habitantes de Namche Bazar son sherpas. Esta profesión es casi la única gracias a la que muchos nepalíes subsisten. El Everest les supone una vía de ingresos que, en muchos casos, les permite vivir durante todo el año. Y no solo a ellos. La infraestructura de la ciudad se articula en torno a esta actividad alpina y, además de sherpas, de ella dependen otros profesionales como hoteleros, cocineros y comerciantes.
Actividad actual cero. Ingresos anuales también
En estos momentos, en Nepal en general, la situación es tan peculiar como en el resto del planeta. Los habitantes están en sus casas, los turistas no llegan al aeropuerto y las calles están vacías: actividad cero y, por el momento, las perspectivas de restablecimiento nulas.
A diferencia de en otros lugares del planeta, sin embargo, la actividad que da vida a todo el año es muy reducida y altamente estacional.
La temporada de ascensiones se concentra entre abril y mayo. Estos dos meses activos suponen un sueldo de unos 7.000€ por profesional, con los que alimenta a todo su grupo familiar. Durante esos meses, la actividad suele ser incesante, pero este año no.
Los picos del Himalaya dan trabajo a cerca de un millón de personas y los ingresos que generan suponen el 8% del PIB del país. Este año será nulo.