Sorpresa en Shangqing: graban a un oso panda marrón después de seis años
Se estima que la población de osos panda marrones en las montañas Qinling es de solo 20 ejemplares.
Los investigadores de la Reserva Nacional de la Naturaleza de Shangqing, en China, quedaron asombrados al ver un ejemplar muy raro de oso panda caminando frente a una de sus cámaras. El animal tenía su característico color blanco, pero en lugar de negro, sus manchas eran marrones, un fenómeno muy poco común.
Hacía seis años que los científicos no veían un ejemplar de este tipo, y es solo la undécima vez desde 1985, año en que se descubrió esta subespecie y se tomaron las primeras fotografías.
El oso panda marrón de las montañas Qinling, en la provincia china de Shaanxi, es extremadamente raro, y los científicos estiman que solo hay una población de 20 ejemplares.
Más excepcional que el panda
Una característica que hace especiales a los osos panda es su pelaje combinado blanco y negro. La fragilidad del ecosistema donde viven ha puesto en peligro esta especie. Y en China, donde se encuentra la población más importante, se está haciendo un gran esfuerzo para evitar su extinción. Han encontrado serios problemas para lograr que estos animales se reproduzcan en cautiverio y se han convertido en los más mimados de los centros de conservación y estudio.
Pero existe un panda aún más excepcional: el panda marrón. En 1985 se descubrió el primer ejemplar de panda que combinaba los colores blanco y marrón. Una auténtica rareza que ha desconcertado a los científicos, quienes durante 40 años han investigado el porqué de estos colores.
Una mutación es la responsable del color marrón
En marzo de este año, un estudio liderado por la Academia China de Ciencias descubrió la causa de este color marrón en lugar del negro. El responsable, según el estudio, es una mutación genética.
Los investigadores analizaron el genoma y la historia familiar de dos pandas marrones y tomaron muestras biológicas de 225 osos pandas blancos y negros.
El análisis reveló que los dos pandas marrones compartían una mutación genética, una deleción homocigótica en el gen Bace2, que no estaba presente en el resto de los pandas estudiados.