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Así sobrevivió Antonio de la Rosa a 39 días en la Antártida a -45°C

Mar, 04/02/2025 - 08:30
Así sobrevivió Antonio de la Rosa a 39 días en la Antártida a -45°C
Lo que Antonio de la Rosa nunca ha contado de su expedición a la Antártida.
El aventurero y deportista Antonio de la Rosa desafió la Antártida en una travesía extrema de 1.177 km y 39 días, enfrentando temperaturas de -45°C, vientos intensos y la temida ceguera de las nieves. Nos revela los detalles más duros de su expedición.

Antonio de la Rosa, embajador de Helly Hansen y uno de los deportistas extremos más destacados de España, se propuso batir el récord de la travesía de la Antártida en esquís, pero el Polo Sur le presentó un desafío implacable.

Durante 39 días y 1.177 kilómetros, tuvo que enfrentarse a temperaturas de -45°C, un terreno accidentado, vientos huracanados, intensa niebla e incluso la temida ceguera de las nieves. Desde el corazón de la Antártida, De la Rosa nos revela detalles inéditos de su expedición más extrema.

Lo que Antonio de la Rosa nunca ha contado  de su expedición a la Antártida

¿Qué has sentido cuando has tocado la bola de acero del Polo sur geográfico?
Bueno, tras 39 días cruzando la Antártida desde el Valle de Hércules, en la costa, hasta llegar al Polo Sur geográfico y tras esos 1.177 kilómetros esquiando que me ha marcado el GPS, pues me siento, lógicamente, con una alegría enorme. He podido llegar en solitario y por mis propios medios hasta el centro de la Antártida que era mi ilusión desde hace 12 o 13 años.

Y te has dejado bastantes kilos por el camino...
Bueno, la pérdida de peso ha sido impresionante porque en tan solo 39 días he perdido entre 15 y 17 kilos. Vine expresamente con una sobrecarga de peso que había cogido anteriormente, porque en este tipo de aventuras hay que hacerlo así. Empecé la expedición con 90 Kg, teniendo en cuenta que cuando estoy muy en forma peso 82 Kg, y acabé con 73 Kg. Es una pérdida de peso bastante lógica y más aún cuando yo realmente iba con la intención de una carrera rápida para batir el récord y tuve que reducir sustancialmente la ingesta de calorías a 3.000 a 3.500 al día cuando el consumo en estas condiciones a -40ºC bajo cero se va de 8.000 a 10.000 calorías diarias.

antonio de la rosa

¿Cómo es un día “normal” en el Polo Sur?
Bueno, un día normal en el Polo Sur... Yo he llevado una tienda de campaña Ferrino muy ligera y de montaje super rápido y me organizaba en dos paradas diarias en las que progresaba 20-30 Km. Tras estas paradas, intentaba avanzar con esquís de travesía entre 6 y 8 horas y en total esquiaba entre 12 y 14 horas diarias.

En cada tramo, también hacía un par de paradas cortas para comer alguna barrita o algo así y seguir. Y, en función del terreno y si ya había hecho unos 20 Km, entonces montaba la tienda, cocinaba una comida, encendía el hornillo, recuperaba la temperatura en las manos y en los pies y me cambiaba los calcetines porque también se acumula hielo dentro de la bota a causa del sudor y a -40ºC bajo cero.

Piensa que llevaba 3 calcetines: Unos finos de Lifa, otros de Lifa con lana Merino y unos terceros que protegen más los pies de Helly Hansen. Entonces, aprovechaba las pausas cuando montaba la tienda para calentarme los pies y las manos con el hornillo, me cambiaba de nuevo los calcetines y, bueno, pues a lo mejor me echaba una siesta de 4 o 5 horitas. Me levantaba, hacía otra etapa de 6-7 horas y avanzaba 20 Km más y ya hacía la parada más larga donde me cocinaba un liofilizado de unas mil calorías y descansaba otras 5 o 6 horas más. Este es un poco el día a día en el Polo Sur y así 39 días.

antonio de la rosa

¿Y quién te manda ir al Polo Sur?
Bueno, porque ha sido el sueño que he tenido los últimos 12 años; creo que es la aventura que me faltaba porque he atravesado océanos y he participado en muchas aventuras extremas y creo que, sin duda, el Polo Sur es de las pocas expediciones reales que se puede hacer hoy día. Es cierto que la han hecho ya varias personas, pero sigue siendo una aventura en el lugar más inhóspito, aislado, frío y más salvaje del planeta. Es el continente antártico, inexplorado en su mayoría y realmente donde te sientes que estás haciendo algo muy grande. Cruzar esa Antártida, donde a veces no ves nada, no hay fauna, no hay flora, solo hay viento, en condiciones muy duras... Yo recordaba como tenía que ser ese viaje en la época de los exploradores de Roald Amundsen, Robert Scott o Ernest Shackleton y te sientes realmente explorador. Por eso lo he hecho.

¿Te has encontrado con alguien por el camino?
Sí, he adelantado a  3 o 4 expedicionarios. El primero a un Danés que lo ha conseguido llegar en 70 días y luego a Kristin Harila, la mujer que ha batido el récord absolutamente brutal de ascender las 14 montañas de más de 8.000 metros (14x8.000) en 92 días cuando anteriormente estaba en 17 meses. Ella intentaba batir el récord de la británica, Capt Harpreet Chandi, que consiguió llegar en 31 días.

La verdad es que este año ha sido un año muy complicado, con unas condiciones muy malas, con mucha acumulación de nieve y tanto ella como otro noruego, que venía fuertísimo y que incluso hace tres años vino a hacer el Polo Sur como entrenamiento y batir el récord, han tenido que ser evacuados por diferentes circunstancias. Este año era muy complicado para hacer récord y por ello estoy orgulloso de haberlo conseguido.

¿Qué te ha dado la fortaleza mental para conseguirlo?
En los momentos duros, piensas mucho en la familia, en los amigos e incluso en la empresa. Yo utilizo muchas veces estos días en soledad, en los cuales la mente te da muchas vueltas y en el que cada kilómetro pasa lentísimo, para pensar. Llevo un reloj que me va avisando a cada kilómetro y a veces no lo escucho; otras pienso que voy a 4 km/h cuando realmente  voy a 2 Km/h porque me encuentro todo el rato “sastruguis”, pequeños montículos de nieve que llegan a un metro donde el trineo se bloquea o incluso vuelca y cuesta mucho avanzar. Por ejemplo, en un vuelco se derramó la gasolina del hornillo y se mezcló con el agua.

Yo utilizo varias estrategias como pensar en cosas que he vivido, como en mi época de los raids cuando me encontraba en la Patagonia. Intento recordar dónde y cómo empezó y tengo la mente entretenida. El gran problema de esto es que empiezas a comerte la cabeza y se te empiezan a hacer los kilómetros demasiado largos. Tampoco podía darle ni a la música ni al teléfono porque a estas temperaturas están completamente descargados. Estar entretenido mentalmente y pensar pues en esas aventuras y también en cómo vas a explicar la expedición que estás haciendo pues te ayuda a avanzar.

antonio de la rosa

Háblanos de la equipación
Bueno, una de las grandes ventajas de esta expedición y por la que sin duda lo he conseguido ha sido contar con la equipación técnica de Helly Hansen. En esta ocasión, creo que tanto ellos como yo hemos dado con la combinación perfecta para la ropa porque yo soy una persona que genero mucha temperatura, que sudo bastante y que me van bien los climas fríos, pero que me iba a encontrar a -30 o 35ºC...

La clave para no pasar frío es mantener el cuerpo seco y a temperatura de confort y, para ello, necesitas ropa técnica que transfiera muy bien la humedad al exterior en todas las capas aunque la temperatura sea muy baja y hagas un ejercicio intenso y transpires mucho. Por esto, llevaba una baselayer de Lifa en el cuerpo y las piernas, la H1 Pro Lifa Seamless del equipo de Copa del Mundo de Esquí noruego, que además es sin costuras y evita las rozaduras. Aquí prácticamente todos llegan con el cuerpo lleno de rozaduras y se extrañaron que yo no tuviera ni una.

¿Qué es lo que más te ha sorprendido?
Hay que tener en cuenta que he ido haciendo una especie de esquí de fondo, pero con esquís de travesía y pieles de foca para arrastrar el trineo con 70 kilos durante 39 días. Una de las cosas que más me ha sorprendido es realizar casi toda la travesía con el mismo chaleco (Odin LT Strech Insulated Vest 2.0) que tiene una óptima relación de calor y transpirabilidad. Y unido a la chaqueta cortavientos Odin han sido una combinación perfecta porque necesito más protección en el cuerpo que en los brazos al estar constantemente en movimiento. Aparte de esto, lo que más me ha sorprendido es que no he necesitado quitarme la ropa mojada en los 39 días de expedición, estaba todo seco, no necesitaba cambiarme dentro de la tienda y podía ponerme dentro del saco directamente a descansar.

antonio de la rosa

¿Cómo has protegido las piernas?
El pantalón (Odin Hugginn 2.0 Pant) me ha ido de maravilla porque son elásticos en cuatro direcciones y muy resistentes, lo que me ha facilitado al máximo los movimientos. Sus cremalleras laterales las podía abrir cuando me tocaba el sol de un lado (¡y hacía calor!) mientras mantenía la otra cerrada en la parte del frío. Debajo llevaba un pantalón de Lifaloft que combina las fibras hidrófobas Lifa con el Primaloft que ha sido otro top de la expedición ya que puedes ponértelos sin necesidad de quitarte las botas y eso es muy importante cuando estás en estas condiciones tan extremas.

Tus manos son las que más han sufrido…
He llevado unos guantes finitos con unas pequeñas manoplas que me han permitido también mantener las manos calientes y luego he tenido que optar por unas manoplas muy grandotas como última capa. Al tirar del trineo y debido a expediciones anteriores, las manos las tenía más frías y es lo primero que calentaba junto con los pies cuando entraba en la tienda y encendía el hornillo al final de cada tramo. En los pies también llevaba tres calcetines y por eso llevaba unas botas un número y medio más grandes que me eran mucho más cómodas para progresar. Y los gorros técnicos han sido otra gran ventaja. Sin este material, yo hubiera tenido que avisar al avión de rescate.

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