Descubre la Capadocia y enamórate
La Capadocia está a una hora en avión de Estambul y de Esmirna, próxima a dos volcanes: el monte Hassan y el volcán Erciyes. Es famosa por sus increíbles formaciones rocosas como las Chimeneas de Hadas, que invitan a descubrirlas a pie, a caballo o en globo.
En sus cumbres y valles encontramos misteriosas ciudades talladas en roca, con casas y muchas, muchas iglesias. Y, en la fuerza de sus escenarios únicos, va impresa la Historia. Su origen se remonta a hace más de 60 millones de años, cuando se creó la cordillera de los Montes Tauro provocando una gran depresión en la Anatolia central sobre la que el viento trabajó incansablemente erosionando las rocas hasta dejarlas tal como las admiramos hoy.
Rocas con formas caprichosas a las que los humanos encontraron utilidad. Algunas se convirtieron en viviendas, otras en almacenes, muchas permanecen tal como la naturaleza las ha dejado. Su función no está descrita, pero podríamos decir: “emocionar” porque esa función sí la hacen.
Las Chimeneas de Hadas eran conocidas como kales, "castillos". A pesar de que varían en cuanto a forma y tamaño, todas tienen algo en común: las cubre un sombrero de piedra. Son como una seta petrificada. A todo esto, se le suma la huella que han dejado distintas civilizaciones en estos parajes. En la Capadocia, desde hace miles de años y hasta la actualidad, ha habido asentamientos humanos. Sus primeros habitantes fueron los hititas, que cavaron cuevas y 36 ciudades subterráneas, cuya capacidad era de unas 20 000 personas. Luego pasaron los frigios, los lidios, los persas, los macedonios y los ariarates. Durante el período bizantino se comenzaron a construir iglesias y monasterios, y el siglo XI es la Edad de Oro de Capadocia, la época de la construcción de los más bellos y grandiosos templos.
En el cielo, preciosas salidas y puestas de sol y muchos, muchos globos
Algunas de la imágenes que más habíamos visto de la Capadocia eran paisajes con el cielo repleto de globos aerostáticos y, en realidad, es así. Muchos, muchos, muchos. El vuelo en globo, tranquilo, plácido... Es una forma extraordinaria de reconocer el terreno, el paisaje y de disfrutarlo plenamente. Algo que podemos hacer en todos los valles de la Capadocia.
Las excursiones en globo salen antes del amanecer, sobre las 05:00. Vemos salir el sol y, a partir de ahí, a acariciar paisaje.
Las ciudades subterráneas, arquitectura, ingenio, modo de vida y supervivencia
Empezar la visita a la Capadocia por sus ciudades subterráneas talladas en toba es una muy buena opción. Nos da cuenta de cómo vivieron y sobrevivieron sus habitantes ya que, estando en plena ruta de la seda y siendo por ello un lugar de paso, fue sede de invasiones.
Las más importantes son Kaymakli y Derinkuyu, aunque en la Capadocia hay cerca de 50 ciudades subterráneas descubiertas hasta el momento.
- La ciudad subterránea de Kaymakli:
- La ciudad subterránea de Derinkuyu, la más grande.
Derinkuyu es la más grande y compleja. Una obra monumental con un inmenso despliegue de ingenio. En los kilómetros de túneles, algunos son muy estrechos. Formaba parte de la estrategia defensiva diseñada por los arquitectos. Un tunel estrecho obligaba a los invasores a recorrerlo de uno en uno y era más fácil controlarlos. Los túneles conectaban cuervas/refugio destinadas a ser mercados, puntos de reunión, lugar de oración...
Derinkuyu fue descubierta por casualidad en 1.963. Una sorpresa. Un ciudadano hizo obras en su casa y, al tirar abajo una pared, dió con una estancia, de la estancia a la galería y, así, con toda la antigua ciudad subterránea. tiene más de 1.200 patios divididos en 13 plantas.
Estas fortalezas se cerraban con unas puertas de piedra excavadas en la misma roca y, como disponían de pozos y chimeneas de ventilación, se podía respirar perfectamente en todas las plantas de estas ciudades. Sistemas de defensa, de iluminación..., y las propias dependencias de la casa como salas de estar y dormitorios y espacios de almacenaje para las tinajas de trigo y agua.
Actualmente, estas construcciones siguen habitadas por la población local y siguen utilizándose también para almacenar, pero ahora: limones, uvas, patatas e incluso pan.
El valle de Göreme, el más famoso
Este valle es el más famoso de toda la zona, ya que es donde se pueden ver mejor las espectaculares Chimeneas de Hadas. La mejor manera de recorrer el valle es a pie, o bien con un guía o con un buen mapa. Y, claro está, un buen calzado. Y otra de las formas es en globo. Cuando vuela bajo, se disfruta de vistas impresionantes de estas formaciones geológicas.
El valle alberga, además, increíbles edificios excavados en piedra. Extraordinarios. Entre ellos se hallan las iglesias de la Sandalia, Carikli Kilise, construida en el siglo XII; Santa Bárbara, Azize Barbara Kilisest, siglo XI; y la de la Manzana, Elmalı Kilisey, siglo XI. Todas ellas albergan los frescos mejor conservados de Capadocia. Otra construcción fascinante es la conocida como Iglesia Oscura.
Se la denomina así porque fue tallada en el interior de una cueva y recibe poca luz natural. Nos preguntamos cómo, con tan poca luz, se pudieron realizar sus preciosas pinturas que, hechas hace unos 1.000 años, siguen intactas.
Gorëme tiene el Museo al Aire Libre. Fantásticas iglesias de piedra, rupestres, decoradas con frescos del siglo X. Estas iglesias bizantinas fueron talladas en la ladera de la montaña.
Carikli Kilise, la iglesia de las sandalias, por ejemplo, fue construida en el siglo XII.
En Göreme, podemos tomarnos un delicioso té y, si nos apetece “ir de tiendas”, los productos que encontraremos serán alfombras y piedras preciosas, además de artesanías que emulan
El valle de Pasabag, el valle de los Monjes
Su nombre proviene de Pasha (segundo del sultán) y bag (viñedo). Y fue usado como vivienda por los monjes eremitas que querían estar lejos de la población durante la vigencia del Imperio Otomano. A Pasabag, también se le conoce como Valle de los Monjes porque, entre otros, fue habitado por religiosos que lo consideraron un lugar de paz ideal para sus ayunos y meditación.
En este rincón de la Capadocia nos topamos con las Chimeneas de Hadas más altas de toda la región. Recorrerla a caballo, un medio muy usado por los pobladores, multiplica el valor de la experiencia.
Entre estas fascinantes formaciones está la capilla de San Simeón. Cuentan que Simeón, un cristiano del siglo V, se alojó́ a 20 m. de altura huyendo de una gran multitud de seguidores.
En este parque hay diferentes senderos, con distintos niveles de dificultad. Una buena fórmula es: empezar por los senderos inferiores y luego pasar a los de las zonas superiores para acabar contemplando el valle en su conjunto. Vistas espléndidas.
El valle de Güvercinlik, el valle de las Palomas
Conocido como el Valle de las Palomas, en Güvercinlik también podemos admirar Chimeneas de Hadas y, además, pueblecitos. Se le denomina así, "de las palomas", porque había muchas palomas mensajeras. Podemos descubrir muchos rincones que fueron creados para ellas. Las palomas se utilizaban para fertilizar el suelo y también como mortero.
El valle de Güvercinlik lo atraviesa un sendero que llega al corazón de este mágico enclave. El paisaje es increible. Está surcado por antiguas ciudades talladas en paredes estrechas y los palomares que le dan nombre.
Uchisar, un pueblo y un castillo
Situado en el punto más alto de la Capadocia, Uchisar reluce entre arenas blancas. Es una formación natural en la que se enclava el pueblo del mismo nombre.
Esta impresionante roca fue excavada hace cientos de años para crear túneles, pasajes y habitaciones que conforman uno de los edificios más característicos de la región: el inhóspito castillo de Uchisar.
El castillo está en lo alto de la ciudad. Se puede observar desde cualquier lugar del pueblo. Y es el objetivo de una buena excursión. Con abundante agua, crema solar y un buen calzado, podemos subir al castillo donde, además de la edificación, nos espera la posibilidad de otro momento mágico: atardecer en la Capadocia.
Otros valles interesantes
- El valle de Zelve, que permaneció habitado hasta mitades del siglo XX. Las iglesias no son tan espectaculares como las de otros valles, pero el paisaje, con una tierra de un rojo muy intenso, lo son mucho.
- El valle de Ihlara, Es un desfiladero con un impresionante río que transcurre por el centro del valle, por la roca volcánica, a lo largo de 16 km. Es agradable caminarlo. La caminata es relativamente fácil. A lo largo del sendero, descubrimos naturaleza frondosa e iglesias rupestres. El valle de Ihlara cuenta con más de 4.000 viviendas.
Para redondear, un oasis de placeres: deliciosa gastronomía
Turquía puede alardear de sabrosas frutas y verduras, ya que disfruta de un clima templado en las cuatro estaciones del año. Con ellas elaboran platos tradicionales increíbles. Pero no es menos delicioso comerse unas dulces uvas cuando paseamos sus paisajes naturales, sus pueblos o cuando los sobrevolamos en globo.
El baile de los derviches, todo un espectáculo
Los derviches danzantes. La danza se llama “sama”, que significa “giro”. Dan vueltas sobre sí mismos y el movimientos de sus blancas faldas crea una performance hipnotizante.
En la Capadocia, placeres que enamoran, muchos.
