Del Atlas al desierto del Sahara corriendo, un viaje en el tiempo
Seis días en el Atlas (Marruecos), corriendo por donde discurre la Maratón des Sables, donde la arena lo inunda todo, donde alcanzamos cotas nevadas de más de 3.000 metros, donde hay aldeas a las que sólo se puede acceder a través del lecho de un río... Hay aventuras que dejan huella y esta es una de ellas.
De la mano de dos locos muy cuerdos (un ex triatleta profesional de Costa Rica y otro atleta, este marroquí, considerado como uno de los tres mejores guías del mundo por la revista Wanderlust) nos dejamos llevar a un Marruecos desconocido para el cual sólo debemos cumplir con dos requisitos: ser capaces de correr 10 kilómetros de forma continuada y tener la mente abierta y dispuesta a vivir nuevas experiencias.
Sí, es cierto, hay un tercer elemento, el más material, disponer de 1.300 euros y 8 días de vacaciones, pero en un mundo donde el valor el dinero puede medirse por el placer que te da, consideramos nuestro viaje al Atlas como una inversión muy rentable.
Son seis días de ruta -y otros dos de viaje- durante los cuales, desde el lado norte de las montañas del Atlas, cruzaremos el paso de Tizi-n-Ait Imi hacia el corazón remoto de la cordillera marroquí, siguiendo el profundo cañón hacia el sur hacia el desierto del Sahara. En la última parte del viaje nos trasladaremos a un lugar cercano a las Dunas de Merzouga, donde pasaremos los próximos dos días corriendo hacia el sur a través del Desierto del Sahara hacia la frontera con Argelia (no, no la cruzaremos).
Los principales “clientes” de “Marruecos: del Atlas al Sahara” son americanos, ingleses, irlandeses y centroeuropeos, más hombres que mujeres, aunque el número de féminas va en aumento, como también el de los españoles. Precisamente, una de ellas, Oxana, define en Facebook lo que significa emprender este viaje: “Es una aventura como ninguna otra... Mucho mejor que cualquier otra cosa que haya imaginado. Pero todo se reduce al tipo de experiencia que estás buscando. Si es un tipo de persona que realmente necesita la comodidad de un colchón de calidad y un vehículo con aire acondicionado, una ducha caliente, una taza de café mientras hojea las noticias de la mañana y una sangría o un Martini delante de la piscina a última hora de la tarde, este puede no ser su viaje”.
Pablo Rodríguez, el alma mater de “Marruecos: del Atlas al Sahara”, lo tiene claro: “lo que intentamos es conectar con la gente del país por donde corremos. Para nosotros, correr no es más que una forma para atravesar y descubrir un territorio”.
El viaje se divide en 6 días: Comenzaremos desde una elevación de 2.000 metros, llegaremos a un punto a casi 3.000 metros y descenderemos a 730 los últimos dos días. En cada jornada habrá momentos en los que sentirás calor o frío y vamos a correr más de una sección con zapatos mojados.
Día 1 - 10 km (1.000 metros subiendo y 2.200 bajando)
Lo primero que sorprende cuando uno aterriza en Marrakech es que mientras todos los turistas van hacia el Sur, nosotros vamos hacia el Este. Tres horas por carretera hasta la casa Abdu Oukioud -el guía que mencionamos antes- en Azilal, donde su familia nos recibirá en su casa y preparará un almuerzo típico bereber.
Luego continuaremos dos horas más corriendo y caminando hasta nuestro destino, un lugar conocido como el Happy People Valley.
Día 2 - 30 km (1900 metros subiendo y 3400 bajando)
En la segunda jornada nos enfrentaremos a uno de los mayores desafíos de esta aventura, la ascensión al paso de Tizi'n'Timit de 2.901 m de altura, donde encontraremos algunas secciones con nieve. Desde la cima, descenderemos hacia un valle, que primero parece desértico, pero se convertirá en un Oasis lejos de todo.
Día 3 - 23km (900 m subiendo y 1.100 bajando)
¿Qué demonios hace toda esta gente aquí en medio de la nada? Es la pregunta que nos hacemos cuando comenzamos a correr por la mañana en este valle extremadamente remoto. Bueno, son gente que han estado viviendo de esta manera durante cientos y cientos de años, libres, independientes del mundo exterior, por lo que conocerlos, seguir sus caminos y aceptar su hospitalidad es lo más destacado de todo esto, un privilegio.
Al cruzar lugares muy remotos en las montañas, donde muy pocos tienen acceso a los lugareños, tenemos que preocupamos por nuestra ropa para correr. Esta gente no está acostumbrada a las "modas" occidentales y no queremos ofenderles, es solo una cuestión de respeto a su cultura. Correr sin camiseta no está permitido. Todos debemos usar el sentido común aquí y tratar de evitar un choque cultural entre nosotros y ellos, nada más.
A mitad del día, nos encontraremos en un río, corriendo y metiéndonos en un cañón profundo. No nadaremos, pero dependiendo del nivel del río podría ser demasiado técnico o incluso peligroso, en ese caso, también podemos tener la opción de tomar un camino diferente.
Día 4 - 20 km (1.900 m subiendo y 3.400 bajando)
Después de tres días en el Atlas, hoy salimos del cañón y regresamos a los campos y pueblos más grandes. Cerca del final, estaremos subiendo a la cima de una montaña y disfrutaremos de las vistas de los hermosos pueblos bereberes.
Día 5 - 10 km (1.100 metros subiendo y 1.150 bajando)
En los 4 días anteriores, hemos cruzado toda la montaña del Atlas de norte a sur y ahora todo nuestro entorno se está volviendo desértico. Esto se debe a que nos estamos acercando al Sahara. Aquí hay que echar a correr antes de que amanezca porque el calor del día es insoportable. Tras diez kilómetros en los que el cansancio comienza a hacer mella llegamos a destino: las Dunas de Merzouga.
Día 6 - 24 km (350 metros subiendo y 350 bajando)
Cuando abres los ojos por la mañana, te encontrarás rodeado de dunas de 200 m de altura y aún hay que seguir corriendo hacia el sur, hacia la frontera con Argelia, cruzando toda el área de Merzouga Dunes para ver paisajes que son inalcanzables, incluso para la mayoría de los que visitan esta zona. Es el último día y la aventura llega al final.
Tras 140 kilómetros corriendo y andando, cada uno a su ritmo porque lo importante no es la velocidad sino el camino, hemos descubierto un Marruecos desconocido.
En Marrakech volvemos a tener agua caliente, wifi y las demás comodidades de Occidente, pero ha sido una aventura que no olvidaremos, donde además de correr hemos bailado al ritmo de los tambores por las noches, hemos convivido con personas que nunca habían visto a un turista y nos hemos sentido como un gran equipo.
No hay palabras para contarlo. Hay que ir y vivirlo. “Marruecos: del Atlas al Sahara” te está esperando. Más información en: http://www.runtheworldadventures.com