Reparadas las clavijas vandalizadas en Ordesa: la montaña vuelve a ser accesible
El corazón vertical del Pirineo aragonés vuelve a estar abierto. El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ha anunciado la reapertura de las clavijas de Cotatuero, uno de los pasos más emblemáticos y comprometidos del valle de Ordesa, tras la reposición de los hierros que fueron cortados de forma deliberada por un activista a principios de mayo. La restauración, llevada a cabo por la empresa Prames y sufragada por el Gobierno de Aragón, ha devuelto la seguridad a una ruta clave para acceder a uno de los miradores más impresionantes del parque: la Faja de las Flores.
Las clavijas de Cotatuero son una vía ferrata histórica situada a casi 2.000 metros de altitud en un espectacular cortado donde se precipita la cascada de Cotatuero, con más de 200 metros de caída. El paso, instalado originalmente en 1881 por dos herreros de Torla a petición de un cazador británico, consiste en una treintena de clavijas de hierro ancladas en la roca, que permiten superar una pared vertical. A pesar de su brevedad, es una vía muy expuesta, solo recomendable para personas experimentadas, y requiere el uso de arnés, disipador y casco.
Sabotaje reivindicado “en nombre del bucardo”
El pasado 6 de mayo, un activista aragonés cortó con sierra doce de las 32 clavijas, inutilizando el paso y generando un importante revuelo en el mundo montañero. El propio autor, identificado como Jesús Vallés, reivindicó públicamente la acción a través de redes sociales, argumentando que las clavijas favorecen la masificación humana y son responsables de la extinción de especies como el bucardo o el urogallo pirenaico en la zona. Su acción fue duramente criticada por la comunidad montañera y por voces como la del alpinista Juanito Oiarzabal, quien calificó el sabotaje como “irresponsable y temerario”.
Federaciones de montaña, guías de alta montaña y usuarios habituales denunciaron también el riesgo potencial para senderistas que podrían haber afrontado la vía sin saber que estaba parcialmente destruida, y alertaron del precedente peligroso que suponía el sabotaje en un entorno natural protegido.
Una ruta exigente en el techo del Parque Nacional
La reapertura de las clavijas permite recuperar una de las rutas más espectaculares y exigentes del parque: la Faja de las Flores, una cornisa natural suspendida en los farallones calizos de Ordesa, a más de 2.400 metros de altitud. El itinerario circular habitual asciende por el circo de Carriata, cruza por la faja y desciende por Cotatuero, completando unos 15 kilómetros en 6-7 horas de marcha alpina, con pasos expuestos y técnicos.
El acceso por carretera al valle de Ordesa sigue siendo libre hasta el 19 de junio. A partir del día 20, el acceso se realiza exclusivamente en autobuses lanzadera desde Torla, con salidas entre las 6:00 y las 22:00 horas. El parque tiene un aforo máximo diario de 1.800 visitantes, que en temporada alta suele completarse a primera hora de la mañana.
Naturaleza salvaje y conservación en equilibrio
La polémica reabre el debate sobre el equilibrio entre conservación y acceso responsable en espacios naturales protegidos. Mientras colectivos ecologistas radicales critican el impacto de ciertas infraestructuras, la mayoría del mundo de la montaña defiende que herramientas como las clavijas permiten un acceso más seguro y regulado a zonas técnicas, sin abrir nuevas vías ni alterar más el medio.
En palabras del guarda mayor del parque, "la protección del medio ambiente no puede pasar por poner en peligro vidas humanas ni por eliminar accesos históricos que llevan más de un siglo en uso”.
