El reto Chamonix-Mont Blanc, a 3.601 m: Experiencia de alpinismo que nos acerca al cielo
Lo hacemos de la mano de Millet y nos sentimos seguros. El buen material es imprescindible para cualquier actividad en montaña. “Sin concesiones”, dicen en Millet. O sea, la calidad por delante. En producto y en personal.
Thierry Renault será nuestro guía. Equipado de Millet, nos asegura “lo inolvidable” en la base del Mont Blanc en Chamonix.
Nos encontramos a 3.777 m. de altitud, paseándonos por el museo más alto del mundo, en la base superior del teleférico de la Aguille du Midi, en Chamonix – Mont Blanc. Nos damos un poco de tiempo, hay mucha gente equipándose para bajar la arista hacia el glaciar de Vallée Blanche y preferimos ir sin prisa. Esta noche dormiremos al Refuge des Cosmiques a 3.601m. de altitud.
Thierry Renault, nuestro guía, aparece en una de las paredes del museo. Él, juntamente con Alain Ghersen, escaló, en modalidad de escalada en libre, la vía Digital Crack en la Arête de Cosmiques de la Aiguille du Midi, una vía de 8a+ (de alta dificultad). Fue el 17 de julio de 1990 y era la primera vez que se realizaba una escalada libre con tanta dificultad y a tanta altitud, 3.800 metros.
Millet no solo elige bien su producto, sino también su equipo humano. Grandes profesionales. Gran calidad.
“La escalada libre no utiliza más equipación que las mismas rocas…
…a no ser que se utilice alguna cuerda o anclaje para protección de las caídas.” Nos cuenta Thierry Renault. Y, efectivamente, somos nosotros y la naturaleza. Así es y así lo sentimos.
Las condiciones perfectas
Las condiciones son de sol y -15º C. Hace un día espectacular, para dejarse llevar por la fantasía del paisaje. Nos rodea un inmenso mar de montañas y valles. Bajamos por la arista de Aiguille du Midi hasta el inicio del Glaciar de Vallée Blanche, envuelto por el Mont Blanc du Tacul (4.248 m.), que está delante del Mont Blanc (4.806 m.) y la Aiguille du Midi (3.842 m.).
Nos preparamos
Llevamos ropa adecuada y un calzado increíble. Nunca había probado unas botas de alpinismo tan cómodas y calientes. Llevo las Shiva de Millet. Son unas botas de alpinismo ligeras para ascensos a 5.000-6.000 m. Aguantan hasta -30ºC. Me dejo arropar por el confort. ¡Qué bien, no tengo los pies fríos! Nos ponemos los crampones, ya llevamos arnés, casco… Nos encordamos, el piolet en la mano. Adelante.
Empieza el espectáculo
Arête de l’Aiguille du Midi, así se llama la arista que baja hasta el glaciar de Vallée Blanche. Está equipada con unas cuerdas, a modo de barandilla “quitamiedos”, que limitan la misma vía y permiten un poco de sujeción.
Sale el hielo azul grisáceo bajo la nieve polvo que vamos pisando con nuestros crampones. Estamos en una pendiente de unos 45º, unos 200 metros más o menos hasta que la arista mengua y se vuelve más amable.
La montaña, mejor silenciosa
Decidimos parar y mirar un poco el paisaje. Thierry, el guía, quiere separarse un poco de un grupo que tenemos cerca, hacen bastante ruido. Thierry Renault: “Para mí, el alpinismo, la escalada…, la montaña son meditación. Me gusta que la montaña esté en silencio, al menos sin ruido humano, que la naturaleza, desde mis pies y a través de mis ojos, vaya por todo mi cuerpo. Y, para eso, quiero calma y silencio”.
El Digital Crack y el Cervino, impresionantes iconos
A Thierry, se le ilumina el rostro al mostrarnos el Digital Crack desde todas sus vertientes. Y no solo por eso. Se siente orgulloso de conocer muy bien todo lo que nos rodea. Estamos en el corazón de los Alpes y vemos el Cervino desde Francia y al lado, justo al lado, tenemos el Mont Blanc. Tanto si es la primera vez como si repetimos, todos los momentos en montaña son únicos, aunque esa u otra montaña ya sea nuestra amiga.
Un bravo por la Compagnie des Guides de Chamonix – Mont Blanc
La Compañía de Guías de Chamonix – Mont Blanc nace en 1821 con la euforia de las primeras conquistas alpinas, hasta convertirse en un modo de vida para algunos montañistas. En la Compañía, reconocemos nombres que destacan en el alpinismo actual. Es el caso de Symon Welfringer y Charles Dubouloz, dos guías, por cierto, también muy comprometidos con Millet, que, juntamente con Clovis Paulin, en febrero de 2023, logran la primera repetición en 40 años de la Directissime, una de las vías más feroces de la vertiente norte de Grandes Jorasses, el extraordinario conjunto de cimas graníticas del macizo del Mont Blanc.
Y, a todo esto...
Todos los guías de la compañía -el público más exigente…-van equipados con Millet. Aquí es una marca de culto y algo así solo se consigue con calidad sostenida y aumentada en el tiempo, con especialización, fantásticos diseños...
Más nombres propios
Reinhold Messner, Walter Bonatti son solo dos de los nombres más que fácilmente vinculamos a Millet. En este caso, en un momento en que los materiales eran muy diferentes y las condiciones de medición climática, por ejemplo, eran mucho más rudimentarias que las actuales. Casi podríamos decir que la exposición térmica, más que medirla en sus expediciones, la intuían.
El guía nos ve motivados y se anima aún más…
Nos pregunta si queremos ir al refugio “des Cosmiques” por la vía convencional o por la vía de “Laurence” y no lo dudamos, si él lo propone es que merece la pena. Nos dejamos guiar por el experto. Vamos a ir por la de “Laurence”.
Nos dirigimos al Triángulo de Mont Blanc du Tacul
Dejamos atrás una pared vertical en forma de poliedro de tres lados, de roca y hielo. Esta pared nos tiene hipnotizados.
Estamos acostumbrados a la actividad física y a la altitud. El corazón se acelera, la respiración se altera, pero estamos a gusto en estas condiciones. La arista no es muy exigente en sí misma, aunque la caída hacía ambos lados impacta. Hacemos un mixto entre roca, hielo y nieve. Thierry nos transmite una mucha seguridad. Nos va explicando cada una de las maniobras que hace, las medidas que va tomando y, así, aparte de sentirnos seguro, podemos participar activamente de la vía.
Llegamos al Refuge des Cosmiques
Entre carcajadas e historias compartimos una infusión y dejamos que el sol caiga ante nosotros mientras nos deja un manto de mil colores rojos, rosas, naranjas, amarillos… En el cielo, un horizonte puntiagudo de picos nevados. Dentro, en el refugio, todo el mundo conoce a Thierry, es como una de sus segundas casas. Casi todos van vestidos con Millet. Realmente, una marca de culto.
La sensación de altura
Llevamos prácticamente todo el día a más de 3.600 m. y realmente la adaptación ha sido rapidísima. La cota de la base inferior del teleférico de la Aiguille du Midi es de 1.033 m. y el mirador está a 3.842 m. En 20 minutos, una diferencia de 2.809 m. Lo notamos. Nos pesa la cabeza y un poco de taquicardia, pero algo normal, nada difícil de llevar. Preguntar a vuestro médico antes de medicaros, en alguna expedición, para el mal de altura.
Procuramos tomar una infusión después de la fantástica cena, ¡todo sabe mejor después de actividad física, frío y altura! Nos vamos a la cama con rachas de viento de 40km/h. Nos ha tocado la habitación Catherine Destivelle, un gran referente de la escalada en Francia y la escalada femenina a nivel mundial.
La vuelta a casa
Al día siguiente, cuando nos levantamos, a las 5:10h. de la mañana, podemos decir que hemos descansado bien. Las noches en altura no son fáciles.
Hay una expedición que ya ha desayunado y empieza la actividad en la “noche matutina”. El salón del refugio queda vacío y oscuro. Nos servimos un café con el frontal en la sala de madera y vemos los destellos de los colores rojizos en el cielo que nos anuncian que pronto emergerá el sol.
Hasta que se levanta todo el mundo, en el refugio, y empieza la vuelta a la Arête de l’Aiguille de Midi y la bajada en teleférico hasta 1.031 metros, al pueblo de Chamonix.
¡Nos vemos en las montañas!
