A golpe de pedal por los Pirineos de Cataluña
Si en alguna ocasión has ido pedaleando por alguna de las innumerables carreteras o rutas de montaña del Pirineo de Cataluña, solo o en compañía, no es raro que te adelanten equipos de ciclistas profesionales con acento extranjero.
Porque, lo mismo que tú disfrutas del asfalto y la tierra de tan vasto paisaje, donde imperan el buen clima, las buenas carreteras, el poco tráfico, y hay muchas rutas marcadas, ahora ya todo el mundo sabe que los Pirineos catalanes son uno de los mejores escenarios para “andar en bici”.
¿Por qué montar en bicicleta?
El ciclismo no es solamente un deporte, puede ser una forma de vida que, además de facilitarte el transporte, te puede reportar muchísimos beneficios, tanto físicos, como psíquicos y, por si fuera poco, ayudarás a preservar el medio ambiente mientras disfrutas de naturaleza en estado puro.
La bicicleta no solamente te activa las piernas, también trabaja la parte superior de tu cuerpo, fomentando equilibrio y coordinación. Te permite quemar hasta 300 calorías en media hora. Es una forma de perder peso de manera saludable, mientras te pones en forma. Además, la belleza de los Pirineos catalanes, con su magnificencia, olor a bosque y pureza en el aire, contribuyen tanto a la salud física de la cual estamos hablando como al bienestar psíquico. Son valores que penetran cuando se practica este deporte que no tiene edad. Es recomendable tanto para niños como para jóvenes, adultos y personas mayores.
Las diferentes formas de montar en bicicleta -ciclismo- se diferencian según el lugar en el que se practican (carretera, montaña, ciudad, velódromo) y la superficie (asfalto, tierra).
Ciclismo de carretera en el Pirineo de Cataluña
Desde el Cap de Creus, en el Mediterráneo hasta la comarca de la Alta Ribagorça, los Pirineos de Cataluña cuentan con un Parque Nacional (Parc Nacional d'Aigüestortes i Estany de Sant Maurici) y parques naturales excepcionales, espectaculares valles, lagos, glaciares, estaciones de esquí, pueblos medievales y centenares de rutas en bicicleta.
El Pirineo de Cataluña brinda a los ciclistas, de todos los niveles y condición, la oportunidad de descubrir a golpe de pedal algunos de los puertos y rutas más míticos y preciosos del ciclismo. Sobre tu bicicleta, tienes kilómetros y kilómetros de motivos para disfrutar del ciclismo. En el Pirineo catalán, puedes hacerlo por carreteras secundarias que unen pueblos, recorriendo los paisajes de montaña más espectaculares que puedas imaginar, con itinerarios para todos los niveles, desde los más llanos y asequibles hasta los más exigentes.
Los Pirineos catalanes, gracias a su clima y orografía, tienen muchos puertos de montaña de diferentes dificultades, algunos señalizados y otros no.
La Val d’Aran y la región francesa de Haute Garonne disponen de un conjunto de vías secundarias privilegiado para el ciclismo de carretera. Con más de un centenar de kilómetros distribuidos en 7 puertos señalizados (57 km que nos subirán desde el mítico Portillón, hasta la subida a Beret, pasando por los no tan célebres puertos de Vilamós o Bassa d´Oles) y 9 no señalizados (55 km con colosos como el Portet, Bagergue, Mont o la famosa Bonaigua), y con desniveles de más de 800 metros positivos en algunas de ellas.
O la comarca del Berguedà que ofrece ascensiones duras y exigentes en sus puertos de montaña del alto Berguedà como el coll de Pal, el coll de la Creueta, los Rasos de Peguera, Queralt, el coll de Pradell... O la Vall de Boí, que ofrece un recorrido desde Barruera hasta el embalse de Cavallers o la ascensión desde Barruera hasta la localidad de Durro, entre otros.
El esfuerzo de esta práctica se ve recompensado cuando se hace un alto en el camino y se disfruta de la gastronomía de la zona. Ese desayuno-almuerzo en que los embutidos artesanos del valle o la alta montaña, o los platos de cuchara sirven para restablecer el físico de los deportistas o paseantes. En los Pirineos, esta parte gastronómica es un plus de calidad que aumenta el valor de una experiencia que cuenta con otros valores añadidos como el poder observar márgenes de piedra seca, ermitas aisladas, fauna, flora y convivir con la población local, atenta y hospitalaria.
La Transpyr backroads, la prueba reina de la bicicleta de carretera en los Pirineos
Si quieres ponerte a prueba y disfrutar de este gran reto haz un hueco en tu agenda: la TRANSPYR Backroads es un reto cicloturista de resistencia, por etapas, atravesando el corazón de los Pirineos. Para la edición de 2021 -del 13 al 19 de junio- la organización revoluciona su formato habitual, con un recorrido de oeste a este que empezará en la costa vasco francesa y terminará en la Costa Brava, en Roses, tras siete apasionantes etapas. Las localidades punto de inicio y final de etapa son: Saint-Jean-de-Luz, Saint-Jean-Pied-de-Port, Oloron-Sainte-Marie, Bagnères-de-Bigorre, Vielha, La Seu d’Urgell, Camprodón y Roses.
Rutas de carretera por etapas
Las rutas por etapas son viajes en bicicleta de varios días que puedes hacer a tu aire, en el momento que quieras y solo o acompañado, pero en los que, si quieres, no tienes que preocuparte de nada, ya que incluyen la gestión y reserva de los alojamientos de fin de cada etapa, el traslado diario de equipajes y cualquier otro servicio imprescindible para hacer de tu ruta ciclista por etapas una experiencia inolvidable (vehículo de apoyo mecánico, avituallamientos en ruta, alquiler de bicicletas…). Las rutas por etapas en bici de carretera son una gran alternativa a los grandes retos cicloturistas. Y no tienen fecha fija ni aglomeraciones.
La Transpyr Backroads es sinónimo de una de las mejores rutas de bicicleta de carretera que se pueden realizar hoy en día en Europa. Siguiendo el “Track” original de la marcha cicloturista por etapas Transpyr Backroads, la versión “East” es la propuesta para poder hacer el viaje en dos segmentos. Con llegada en Aínsa, son 5 etapas y 6 días de cicloturismo que incluyen los mejores puertos del Pirineo Catalán y Aragonés. En total, 577 km y 10.440 metros de desnivel positivo.
Existe un Empordà desconocido repleto de rincones silenciosos, surcado por caminos y senderos poco transitados. La Gran Volta a l’Empordà propone un recorrido de espíritu biker de 188 km, que nos muestra la cara más oculta y virgen de esta comarca gerundense.
La Gran Volta a l'Empordà comienza en la ciudad de Girona y ofrece un itinerario completo por el Empordà, uno de los conjuntos paisajísticos más bellos de Catalunya. En 188 kilómetros, con sólo un desnivel de 2.000 m, los ciclistas tendrán una vista fantástica de la región, el interior y la costa, pudiendo contemplar una gran variedad de paisajes, que incluyen pueblos medievales, calas pequeñas o pueblos de pescadores que saben a sal, redes, barcas y tradición.
Es una ruta difícil para ciclistas de nivel medio, debido a las pendientes que incluyen puertos de montaña de entre 5 y 10 km. Esta ruta lleva también el Cap de Creus, el punto más oriental de la península Ibérica, de belleza indescriptible. Pasando por viñedos y olivares centenarios, una parada obligatoria es el pueblo de Cadaqués, sus calas y las antiguas ruinas arqueológicas.
Si existe una comarca especialmente apta para desarrollar cualquier tipo de itinerario en bicicleta de carretera, esta es la Val d’Aran. La riqueza y variedad de recorridos, unido a la excepcional infraestructura y climatología, nos permitirán encontrarnos siempre con el escenario idóneo para disfrutar al máximo de nuestra bicicleta.
La Défi Occitan, en la Val d'Aran, es una ruta por etapas que pisa también tierras francesas del Alto Garona. Un recorrido de 197 kilómetros que se puede hacer -desde el 21 de mayo y hasta el 30 de octubre- en sentido horario o no, de la forma que tú elijas y en 2 días, donde los cicloturistas podrán encadenar los grandes puertos como si se tratara de una etapa reina de una gran vuelta ciclista.
Acceder a la Défi Occitan requiere una mínima condición física para cubrir el recorrido previsto con garantías, disfrutando del paisaje, el patrimonio y la gastronomía. Además, se recomienda llevar un equipamiento correcto (bicicleta de carretera y herramientas básicas) para realizarlo.
Cicloturismo por las vías verdes
Se denominan “vías verdes” a aquellas infraestructuras de comunicación que siguen los antiguos trazados de los ferrocarriles de vía estrecha, en tramos ferroviarios desafectados del tránsito y en caminos en plena naturaleza destinados a usuarios no motorizados, peatones, ciclistas o personas con movilidad reducida, que se pueden utilizar para fines recreativos y para desplazamientos entre núcleos urbanos.
En el Pirineo de Cataluña se puede disfrutar de estas infraestructuras en diferentes lugares. Buenos ejemplos son: la ruta del Ferro i del Carbó (del Hierro y del Carbón), que une Ripoll con Sant Joan de les Abadesses.
En el Berguedà, podemos disfrutar de otra ruta, la del Carrilet, un trazado de 57 kilómetros que avanza descendiendo suavemente desde su lugar de partida, Olot (440 m), hasta el de llegada, Girona (70 m), y tiene su punto más elevado en el collado de En Bas, a 558 metros sobre el nivel del mar. El recorrido, apto para peatones y bicicletas, se encuentra en muy buen estado, acondicionado con puentes, barandillas y señalización homogénea.
La via del Ferro i del Carbó es una ruta de 12 Km, de poca dificultad, que sigue el antiguo trayecto que hacía el tren para transportar el carbón de las minas de Ogassa. Todo el trazado de la ruta, que une Ripoll, a 682 metros de altitud, con Sant Joan de les Abadesses, a 775 metros sobre el nivel del mar, está asfaltado y flanqueado de vegetación. El desnivel de 160 m se supera en una suave pendiente del 1%.
Este tramo de la vía comienza en el kilómetro 9, justo delante del edificio de la antigua estación de Sant Joan de les Abadesses, donde también está el enlace hasta Olot. El trayecto es sosegado y transcurre sin problemas hasta unos dos kilómetros de Sant Joan de les Abadesses. En el Berguedà podemos disfrutar de otra vía verde que transcurre entre la Colònia Rosal y el Pont de Pedret. La vía verde de Cal Rosal a Pedret fue construida a finales del siglo XIX para unir Manresa con Berga y Guardiola de Berguedà y fue clave para el desarrollo de esta comarca, especialmente durante la primera mitad del siglo XX. Tiene una distancia de 5 km que pueden realizarse sin dificultad en 1 hora aproximadamente.
Pirinexus, una anilla cicloturística transfronterera
La anilla cicloturística Pirinexus es un camino circular que une la Cataluña norte con el territorio gerundense. Permite circular sin discontinuidad entre sus vías, conecta dos territorios con infraestructuras de movilidad sostenible, fomenta el respeto por el medio ambiente y promueve la actividad turística.
La Pirinexus es un recorrido joven (2013) que, en muy poco tiempo, se ha hecho un nombre en el panorama ciclista nacional e internacional.
El proyecto cicloturístico nace de un anillo tomando la vía verde del Ferro y la del Carrilet, una de las más bellas de toda España. Continúa hacia el norte buscando el Pirineo por la costa, para luego cruzar esta cadena. Es la ruta cicloturista circular más larga del sur de Europa. Con un total de 353 kilómetros, que recorre el norte de la provincia de Girona y el sur de la región francesa de Occitania, en concreto el departamento de Pirineos Orientales, coincidiendo con la histórica región del Rosellón.
Al ser una ruta circular tenemos la posibilidad de empezarla por donde nos venga mejor. La Pirinexus pasa por un total de 53 poblaciones y 8 comarcas distintas, combinando vías verdes con otras rutas ciclables, como caminos rurales o carreteras con baja densidad de tráfico. Una mezcla de paisajes e historia, montaña y playa, ciudades y pueblos con mucha historia y aldeas tranquilas.
El auge del ciclismo
Contacto con la naturaleza y sus paisajes, aire libre, la posibilidad de practicarlo en solitario, con amigos o en familia, salud, bienestar… Todo ello ha ayudado al auge del ciclismo. Lo corroboran los datos de ventas de bicicletas que, si en 2019, ya creció un 20% en el conjunto de España, según un informe elaborado por la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE) y Cofidis, en 2020, esta cifra se quedó en nada cuando, después del confinamiento, "las ventas se dispararon entre un 300% y un 400%", según AMBE.
También han repuntado las licencias, tanto amateurs como profesionales, de cicloturismo y de ciclismo en carretera. Y no hay que menospreciar el papel que han jugado grandes rutas como la "Volta Ciclista a Catalunya" o el paso del "Tour de Francia" por sus carreteras con puertos emblemáticos, a la hora de situar el Pirineo catalán como destino ciclista a nivel mundial.
A tener en cuenta un fenómeno: la eclosión del uso de bicicletas eléctricas que, según las condiciones y retos del deportista resultan una gran opción para integrar en esta tendencia cicloturística a un espectro más amplio de públicos, entre ellos el familiar y el intergeneracional. Una opción que se une a la cada vez más creciente búsqueda de slowlife en que el deporte también forma parte de la pauta, pero -muchas veces- con poca exigencia física.
También ha pesado la elección que han hecho ciclistas de talla mundial de entrenar y vivir en los Pirineos catalanes. Desde la llegada del danés Johnny Weltz, que optó por la Garrotxa, y el posterior efecto llamada que supuso que Lance Armstrong cambiara Niza por el casco antiguo gerundense en 2001, Cataluña ha acogido numerosos ciclistas profesionales y ha sido la sede, más o menos oficial y más o menos estable, de equipos de todo tipo. De transatlánticos como el US Postal de Armstrong a conjuntos mucho más modestos pasando por proyectos que han dejado poso y han servido para que los Pirineos de Cataluña sean hoy reclamo para ciclistas amateurs llegados de todos los rincones del planeta.