Un “sí, quiero” en Grandvalira marca el auge de las bodas blancas
Josefine y Ben se casan sobre la nieve en Grandvalira, rodeados de montañas, emociones y esquís. Una boda diferente que pone el foco en los Pirineos como destino para celebraciones fuera de lo común.

Vestidos de blanco —por dentro y por fuera— Josefine y Ben han protagonizado uno de esos momentos que parecen sacados de una postal. Su boda, celebrada el pasado viernes 11 de abril en plena estación de esquí de Grandvalira, no fue solo una ceremonia, sino una declaración de intenciones: la montaña también puede ser el altar perfecto.


Apasionados del esquí y de la naturaleza, la pareja eligió Andorra como el escenario para sellar su historia, precisamente donde comenzó: esquiando. Se conocieron entre pistas, se prometieron en la Rossinyol, en el sector Canillo, y cerraron el círculo con una ceremonia íntima en Soldeu, con la Vall d’Incles como telón de fondo.

El día arrancó con una sesión fotográfica entre nieve y crestas, aprovechando la magia del final de temporada: temperaturas agradables, nieve aún abundante y una luz suave que acariciaba las cimas. Luego, la ceremonia al aire libre reunió a unos pocos invitados en un rincón privilegiado de la estación. Después del “sí, quiero”, el protocolo se rompió a favor de la adrenalina: los recién casados se calzaron los esquís y compartieron varios descensos para celebrar su unión a su manera.


El banquete se sirvió en el restaurante Jean Leon, donde la gastronomía de altura puso el broche final a una jornada pensada hasta el último detalle por Emocions de Blanc, empresa especializada en bodas de montaña. Su fundadora, Clàudia Lambies, apunta que este tipo de enlaces son aún raros en los Pirineos, pero cada vez más demandados por parejas que quieren vivir algo realmente distinto:
“Las bodas en la nieve son experiencias muy impactantes, tanto por su singularidad como por el entorno. En otros países son habituales, pero aquí aún son una excepción”. - Clàudia Lambies

Las imágenes, firmadas por el fotógrafo de montaña Ferran Font, capturan toda la esencia de un nuevo concepto de boda que aúna emoción, paisaje, estilo de vida y autenticidad.

Con esta experiencia, Grandvalira se posiciona como un escenario privilegiado para quienes buscan algo más que una boda tradicional. Y abre la puerta a una tendencia emergente en el turismo de invierno: bodas alpinas, experiencias sensoriales que mezclan aventura y romanticismo.