¿Cómo descubrir las montañas de Andorra de una forma única?
Ir en busca de la vivencia única, la más personalizada y exclusiva es una tendencia que guía, cada vez más, al aventurero. Andorra es un paraíso para ello.
Nos dejamos impactar por la potencia de la naturaleza
El hecho de que un 90% del territorio andorrano sea paisaje natural permite incursiones en un auténtico paraíso verde en verano y blanco en invierno. Podríamos estar horas y horas diseñando rutas para explorar este pequeño país de los Pirineos (468 km2), que tiene 60 picos, de más de 2.500 metros de altitud; y 3 parques naturales: el de Vall del Madriu, el de Sorteny y el de Comapedrosa, con el pico que le da nombre, el más alto de Andorra (2.942 m.). Además, cuenta con más de 65 lagos, muchos de ellos ibones, ya que sus aguas proceden de glaciar.
Cualquier decisión excursionista en Andorra es para no arrepentirse.
Nos sorprendemos ante las bordas que salpican el paisaje
Las bordas nos llaman la atención. Son esos singulares habitáculos, llenos de Historia e historias, que encontramos dispersas en el paisaje natural de Andorra. Son unas encantadoras construcciones que pisan el verde y se confunden con las rocas. Arquitectónicamente, son poco más que pequeñas edificaciones ancestrales y rústicas. Emocionalmente, son mucho más.
Las bordas están enclavadas en el terreno -muchas veces pendiente- en ubicaciones estratégicas, bien pensadas, teniendo en cuenta -entre otros- el peligro de aludes. Sus muros están construidos con piedra seca y su tejado es de pizarra. Son de una simplicidad cautivadora, precisamente por eso: su sencillez y su capacidad de evocar pasado.
Constan de dos plantas. La inferior, se destinaba a alojar el ganado y ahí están los abrevaderos. En la planta superior, se guardaba el heno recolectado en verano con los aperos agrícolas. La chimenea -generalmente pequeña- era la única cocina. Junto a ella, dormía el pastor, con sueño entrecortado, pendiente de sus animales. El fuego era uno de los puntos vitales de la borda, un refugio para un modelo de trabajo y de vida. No es difícil imaginar cuántos pensamientos e historias discurrieron entre esas gruesas paredes, que hoy forman parte de la Historia más austera. Los muros, de piedra seca, aunque preciosos, están connotados por la rudeza. Evocan imágenes de momentos no precisamente fáciles. No hace falta creer en fantasmas para sentir que albergan vida.
Sobriedad y vivencias reconocidas, gran parte de su encanto.
Una borda ayer, una borda hoy
Con el paso del tiempo y el cambio de hábitos socioeconómicos, poco a poco, la borda y su función evolucionan. Se reorienta la forma de vida y la borda deja de ser imprescindible. Se convierte en una propiedad que ya no es “necesaria”, aunque sí “aprovechable” -sobre todo- para el ocio. Empieza a ser habitual que la familia se reúna en la borda los fines de semana para encender un fuego, asar carne… Charlar y compartir. Ello implica ampliarla. Junto al fuego que el pastor utilizaba para acurrucarse en los fríos inviernos andorranos, se construye una cocina. La zona en que se almacenaba el heno pasa a ser zona de estar y puede que alguna habitación.
La borda como campo base, la naturaleza, por descubrir
Los paisajes de Andorra, con sus montañas, sus senderos, y el desafío de su terreno provocan -por sí solos- las ganas de actividad, ejercicio físico, deporte, descubierta y consecución de reto. Elisabeth Olivé, promotora de Epic Andorra, un proyecto que enlaza ambos elementos -naturaleza y borda-: “La propuesta Epic favorece un modelo que combina el resultado de esa actividad física con otro tipos de vivencia. Hace de la borda el campamento base, algo que permite sentir -aún más- el territorio. Habitas el pasado con el lujo que te permite el presente”. “Nos gusta recibir, cuidar y sorprender al visitante con todo lujo de detalles, tanto en la borda como en su entorno, adecuándolo para hacer más agradable su estancia”, nos cuenta Elisabeth.
Elisabeth Olivé ha llevado a cabo una difícil y tozuda tarea de recuperación de bordas andorranas, convencida de que, como expresa: “naturaleza y borda son una combinación perfecta para una aventura única e idílica. La borda como campo base y la ruta, a elegir. La naturaleza, en Andorra, lo permite todo”, nos dice Eli. De hecho, un “todo” que forma parte de la trayectoria vital de Eli, una montañera, apasionada por escalada y el esquí, que durante años llevó el Refugio de Comapedrosa y que hoy ofrece las “casas” más increíbles de Andorra, las bordas.
Elisabeth: “Fueron muchas horas observando y pensando en cómo dar nueva vida a las bordas”. Fue así como, finalmente, decidió que: “el lujo surgido de la extrema sencillez puede conducirnos a una experiencia única: sentirse como en casa en una vivienda con historia, sin que la estancia rompa el encanto de la experiencia que estamos viviendo: de montaña pura”.
Nuevos usos del patrimonio histórico y emocional dan otro sentido a las bordas
A veces el nuevo uso revitaliza el patrimonio. “Sí, es que bordas hay pocas y hay las que hay. No hay más”, nos dice Elisabeth Olivé. Tan contundente y cierto como valorizador de la tarea de recuperarlas, “mantenerlas y darles una nueva vida. Conservarlas es mantener patrimonio y no solo arquitectónico, sino también emocional, algo a lo que saca un provecho insólito el visitante que busca sentirse único. Y es que si no se conservaran acabarían en ruina”.
Un modelo de experiencia que apunta al éxito, una nueva apuesta de Saetde - Grandvalira
El proyecto Epic Andorra cuenta con la colaboración de Saetde, la sociedad que gestiona Pas de la Casa - Grau Roig y, por tanto, se integra en la oferta Grandvalira que, en este caso, lo propone como producto altamente experiencial en su propuesta outdoor, tanto en verano como en invierno.
Itinerarios. Recorrer naturaleza y pasado, ruta a ruta, de borda a borda y sensación tras sensación
El visitante elige recorrido y nivel dependiendo de su capacidad física y el medio con que quiere realizar la aventura (caminando, en bicicleta…; o con raquetas de nieve o esquí de fondo en invierno).
Sabe que, al finalizar cada trayecto, encontrará una borda, que no permitirá que la emoción descienda. Al contrario, el confort inusual y el encontrarse con una agradable bienvenida le sorprenderán.
De borda a borda, en ruta por las montañas andorranas
Éste es uno de los interesantes recorridos que propone Epic. Pocos más completos podríamos organizarnos. Ahí está la propuesta, aunque modificable, personalizable. Simplemente, al gusto de cada uno.
Sensación tras sensación
Imaginemos y comprendamos un “de borda a borda” muy completo.
En ruta
Tramos de unos 20 Km cada uno y de unos 1500 m de desnivel. La ruta completa anilla toda Andorra e incurre, incluso, en España y Francia.
Día 1. La Rabassa – Por un sendero pedregoso vamos montaña arriba atravesando bosques de pino negro, prados y estepas hasta llegar al Pic Negre, fronterizo entre Andorra y Alt Urgell, es una montaña polvorienta y desolada, pero -como muchos dicen- magnética - Refugio de Perafita - Collada de la Maiana - Iniciaremos descenso por bosques, prados alpinos y ríos hasta la Cabaña de Estall Serrer - Refugio de l’Ílla, situado bajo la presa del lago de l’Ílla a 2.488 metros de altura, en la parroquia de Encamp–.
Día 2. Refugio de l’Ílla - Canal de l’Àliga o Montmalús (2.871 m.), según condiciones meteorológicas – Grau - Port d’Envalira, (2.408 m), muy cerca de la frontera con Francia – Descenso fácil y ascensión al Pic Maià (2.615 m.) - Port Dret - Pas de les Vaques (2.498 m.), un puerto cercano a Basses dels Bassers y Obac d'Incles - Vall d’Incles, uno de los parajes más fantásticos de Andorra. Un valle en forma de “U”, que da cuenta de su origen glacial. Fauna y flora muy abundante - Descanso merecido en la borda Xicos.
Día 3. Amanecer incomparable en Vall d’Incles – Salida hacia Cabana Sorda - Estanys de les Salamandres, donde, casi seguro, veremos caballos pastando y marmotas que gritan para advertir nuestra presencia.
Seguimos hacia la Collada del Clot Sord – A continuación, bajada por la Coma de Ransol (1.944 m.) – Seguir en dirección a la Serrera - Collada de Meners – Fin del trayecto: El Serrat. Tarde, noche apacible en la borda Puntal. Desde sus ventanas, el cielo nocturno se ve incomparable.
Día 4. Desde el Serrat, transfer hasta la estación de Ordino (La Coma), Collada Cataperdís, hasta ahora, ruta sin demasiada complicación técnica, con una subida simple al collado y siguiendo por la cresta, agarrándonos a alguna roca para llegar al Pico Cataperdís – Brecha de Arcalís – la Angonella – Pic de les Fonts; o bien pasando por Francia para ir a parar a Arinsal.
Día 5. Último día (pasan volando…). De Arinsal a Os de Civís. La extraordinaria ruta que nos conduce al pueblecito Os de Civís pasa por la Senda de los Contrabandistas (con mil historias que conocer y escenas que imaginar). Este núcleo de población estuvo a punto de desaparecer por el abandono de sus habitantes, ya que -entre otros- no se puede llegar a él en transporte público. Pero, actualmente, está en vías de superar la desertización y hoy es una joya arquitectónica, cuyos habitantes (unos 300) viven a caballo de la dependencia, entre geográfica y legislativa, de Lleida i Andorra. La aproximación, por el valle, junto al río, es un escenario que conmueve.
¿Un guía?
“Aquí, en el Pirineo, nos lo preguntamos”. Nos dice Elisabeth y continúa “porque los montañeros no suelen hacer uso de este tipo de servicio. En otros países, como Francia, Suiza, Austria o el norte de Europa, la respuesta más generalizada a la pregunta sería: ‘sí, sin duda’.” El guía EPIC es, también,guía cultural. Por tanto, no solo nos conduce mostrándonos camino y dándonos seguridad, sino también aportándonos conocimiento sobre el terreno que pisamos, desde muchos puntos de vista. Las paradas para dedicar a la admiración del entorno están repletas de datos y anécdotas culturizantes.
¿Sabías que el acónito común (aconitum napellus) es venoso?
“Pues sí, lo es y mucho”. Nos cuenta Juan Ramon Borra, guía de montaña de Grandvalira. También se conoce como matalobos o casco del diablo. Procede de las zonas montañosas del hemisferio norte del planeta y está considerada la más tóxica de Europa, ya que contiene aconitina, Tras un leve contacto, su veneno puede ralentizar el corazón hasta la muerte. En las montañas andorranas, así como en gran parte del Pirineo, es muy abundante. “La de veces que he tenido que advertir a excursionistas que, de regreso de su salida, llevan la planta en la mano porque, como muchas de las especies venenosas, es bonita. Y bonita sí, pero venenosa también.” Nos los explica Joan Ramon, que prosigue el relato con algunas leyendas andorranas que se cuentan sobre el acónito.
¿Sabías que las rocas de Andorra son de las más antiguas del Pirineo?
Pues sí, Andorra está situada en el núcleo geológico de los Pirineos, en la llamada zona axial pirenaica, el área donde las rocas son más antiguas.
¿Sabías que, en 2.004, la UNESCO declaró el Valle del Madriu - Perafita - Claror paisaje cultural patrimonio mundial?
Sí, es una joya paisajística. El Pic de la Portella es su punto más elevado 2.597 m.).
¿Sabías que la naturaleza andorrana nunca decepciona?
Lugares de Aventura: “Sí. Nunca”.