La Olla de Núria, un imprescindible en la wish list de todo montañero
Reportaje patrocinado
Efectivamente, coronar los picos que conforman la Olla de Núria es un irremplazable en la lista de deseos de todo montañero que quiera poner el “tic” de “conseguido” a un clásico, tan clásico como éste. Si, además, vuelca en la aventura los beneficios de las nuevas tecnologías, la experiencia es tan redonda como la propia Olla.
Antes, sin embargo, tomemos el pulso histórico a este lugar. La catalogación de “clásico” responde siempre a una suma de porqués.
Porque su situación geográfica es inmejorable
La situación geográfica de Núria es ciertamente extraordinaria. Un valle cerrado rodeado de muchos casi tres miles, con un santuario en su base, un lago, prados, bosques, verde espléndido en primavera y verano, fantásticos tonos de rojizos en otoño y el frio y tentador blanco en invierno. Amaneceres idílicos, puestas de sol que encienden las montañas y, por las noches, tantas estrellas que parecen no caber entre el círculo de picos. Un escenario perfecto con innumerables instantes únicos.
Porque su riqueza natural y arquitectónica la han hecho única
Las características del lugar han determinado -y aún hoy determinan- la Historia de Núria. Los pastos del valle propician rebaños de ovejas, vacas y caballos. Forman parte del paisaje. Probablemente, esta riqueza fue objeto de transacción entre condes y monasterios. De ahí, también probablemente, el origen del Santuario.
Porque el lugar convive con historias y leyendas
Sobre Núria, encontramos un amplísimo legendario que connota con un atractivo, a veces enigmático -como toda historia que no puede ser del todo refrendada-, de lo que se cuenta sobre el lugar y sus protagonistas. Lo singulariza.
Virgen, campana, cruz y olla, el origen mítico de Núria
Con la mítica campana, con la que hoy los visitantes rememoran la leyenda y junto a la que se fotografían, San Gil llamaba a los pastores de la zona y los evangelizaba ante la cruz que también él había esculpido.
San Gil daba de comer a los pastores una sopa caliente que él mismo preparaba en una olla. "Esta pieza de menaje" humilde también hoy se exhibe en Núria. Provoca fotografías y selfies con sonrisa porque, fruto de lo que cuentan otras leyendas, la olla “parece” contener el poder de otorgar fertilidad a aquellas mujeres que meten la cabeza en ella. ¿Deseos, sonrisas…? Como mínimo, ritual a seguir.
Y, siguiendo con la leyenda histórica, parece ser que la Virgen de Núria fue ocultada en una pequeña cueva por San Gil, su autor que, perseguido por su predicación, tuvo miedo de que fuera destruida.
En el año 1072, la imagen fue hallada por unos pastores y, también por esas fechas, se construyó una humilde capilla que, más tarde, sería origen del Santuario. La imagen no se ha movido nunca de Núria, ni tan solo para participar en la procesión de Queralbs, municipio al que pertenece Núria. Dice la leyenda que “la virgen quiere quedarse en Núria...”. Por tanto, todo aquél que quiera conocerla tiene que ir a visitarla.
Porque Núria tiene mucho que ver con el origen de los deportes de montaña
Los deportistas, a diferencia de la virgen, una vez en Núria, sí eligen moverse. La zona del Santuario pasa a ser campo base y desde él, con la mirada dirigida a las alturas, todo lo que ve son propuestas de actividad. Interesantes atractivos.
Núria conoció el inicio de la actividad de montaña y de nieve, como deporte, a principios del s. XX.
Decimos “como deporte” porque, antes que eso, moverse sobre tablas fue, seguro, fruto de la necesidad de desplazamiento; y subir un pico podía suponer la mejor fórmula para controlar un rebaño del que dependía la subsistencia. Aunque, en ningún momento, descartamos la posibilidad de aquél que subiera a una cima por simple curiosidad o con el afán de contemplar un escenario fascinante o muy genuino. Algo que, sin duda, sigue siendo así.
Porque hablar de montaña y esquí en Núria es remontarse muy, muy atrás en el tiempo.
Un apunte sobre el origen del esquí:
El esquí, como medio de desplazamiento sobre nieve, se practica desde hace muchísimos años. De hecho, tenemos que situarnos en la antigüedad. No nos remontaremos a 4000 años antes de Cristo –aunque podríamos hacerlo porque hay constancia de deslizamiento sobre nieve con tablas en esa época-. Pero sí, por ejemplo, podemos imaginarnos en la Edad Media, y escucharíamos relatos sobre una especie de esquís que algunos utilizaban ya por aquél entonces. Y, con un plus: el de calificarlo de hazaña.
El uso de estos “artilugios” comenzó siendo fruto evidente de la necesidad. Cuando las nieves cubrían campos y montañas, los desplazamientos imprescindibles también tenían que poder realizarse. A partir del s. XVI los ejércitos del norte y centro de Europa, ya usan los esquís.
Porque cuando el auge de retos montañeros llega al Pirineo Catalán Núria sabe capitalizarlo
Durante las primeras décadas del s. XX, en Europa empezó el auge de retos montañerosy, con él, de nuevas técnicas de escalada con la voluntad de ascender a las cumbres por las rutas más difíciles. Cada ve ganaba más fuerza la carrera de ascender.
También esto tenía precedentes remotos, que servían de inspiración: el 8 de agosto de 1786 el cristalero Jacques Balmat y el médico Michel Gabriel Paccard habían conseguido la odisea de culminar el primer ascenso al Mont Blanc y una estatua en su honor que hoy puede verse en Chamonnix. El reto alpinista sugería e incitaba reto pirenaico.
La aspiración de emular logros, estimuló -como hace siempre- el reto de imitar; en mayor o menor medida. Sentir nuevas sensaciones alcanzando éxitos montañeros empezó a tener presencia social. Imitar a los “grandes” en montaña suele significar “imitar a los primeros que lo consiguen”.
Porque, en Núria, montaña también significa nieve y esquí
Efectivamente, hablar de qué hacer en Núria durante el año hace ineludible el esquí. De fondo, de montaña, de pista. Cualquier modalidad tiene cabida en el valle. La práctica deportiva del esquí también se había iniciado en los Alpes, a finales del siglo XIX. En 1908, tiene lugar la primera competición internacional en Chamonix. Pocos años después, en Núria ya se firmaban travesías con esquís, que iban desde Ulldeter a Núria (1920) y desde Núria a La Molina (1921).
Decidimos que en nuestro relato el paisaje no está blanco y nos dirigimos a la Olla.
El reto de la Olla. A elegir: excursionismo o trail running
Sepamos que: el nombre de Olla le viene dado por su forma de “U”. En el borde superior, todos los picos que la circundan y cierran. El recorrido por la Olla está indicado tanto para excursionistas como para amantes del trail running. Sea cual sea la elección, la experiencia empieza y acaba en la zona del Santuario.
La zona del Santuario, campo base
El Santuario será el campo base, punto de salida y de llegada. Podemos haber subido desde Queralbs por el Camí Vell de Núria, que recorre una ruta bastante paralela a la del cremallera o hacerlo a bordo de este peculiar tren, que funciona desde 1931 y es también uno de sus atractivos.
Hemos llegado a Núria. Y, de hecho, porque tenemos el reto claro, porque si no… La paz del lugar y la oferta de actividad también invita a quedarse en el valle. Por tanto, si vamos en grupo, familia o amigos, y no todos quieren optar por el clásico de la Olla, no se sentirán esperando el regreso de los excursionistas porque remando en el lago, paseando o yendo a caballo, el tiempo pasará volando y la gratificación vendrá cuando cada uno, al final del día, cuente qué ha hecho.
Empezamos el ascenso
Primer objetivo desde el Santuario: el Puigmal (2.913 metros), la cumbre más emblemática del Pirineo oriental, también conocida por ser cuna del excursionismo pirenaico.
Del Puigmal se desciende a un pico de menor altura, el Pic Petit del Segre (2.810 m.). A 33 m. más de altura, se sigue con el Pic del Segre (2.843 m.). El camino esatravesado por algún riachuelo.
A continuación, vendrá el Collado de Finestrelles, Desde el cual se divisa a la perfección toda Núria, el Santuario, el lago, las pistas de esquí, el refugio del Pic de l’Àliga, el cremallera. Una escena de postal. Al lado, el Pico de Finestrelles (2.827m.), al que se asciende a continuación.
El recorrido sigue por la cresta y va hacia el Collado y Pic d'Eina (2.789,2 m.); Pic de Noufonts (2.811,1 m.); Collado de Noufonts (2.649 m.); Pic de Noucreus 2.799 m.); Collado de Noucreus (2.796 m.); Cim de les Arques (2.792 m.); Pic Rocs Blancs (2.784 m.), caracterizado por bloques de roca blanca, cuarzo; Pic de Fontnegra (2.734 m.); Pic de la Pala (2.477m.).
Finalmente, el Pic de l’’Àliga (2.425 m.), con el que finaliza este fantástico paseo por las nubes.De nuevo, y después de haber acumulado un desnivel de 3.880 m., regreso al Santuario de Vall de Núria.
Y, del pasado, al presente y al futuro: el reto de la Olla en forma virtual
Vall de Núria propone una interesante fórmula para asumir el reto de la Olla como carrera de montaña para excursionistas apasionados y amantes del trail running. La propuesta recoge todos los alicientes de una competición, con puntos de control físicos incluidos, y consiste en vivirla como tal, pero -en este caso- añadiéndole el componente virtual. Se trata de hacerla el día que se quiera, en el momento elegido, solo o acompañado. Es decir, a gusto de cada uno.
En una APP, desarrollada por Skitude, en que los participantes dejan la huella de su recorrido, con sus logros, y así combinan experiencia física y competición virtual. Pueden compararse con el resto de los participantes, pero -sobre todo- consigo mismos, ya que se puede hacer tantas veces como se quiera desde el mes de junio hasta el 15 de octubre.
Parámetros para contabilizar en la Olla
Esta carrera de montaña cuenta con 21 kilómetros de recorrido donde no se pisa ni un centímetro de asfalto. El desnivel acumulado positivo es de casi 2000 metros (el 72% del recorrido se hace por encima de los 2.700 m.).
¿Qué tal ha ido?
El qué tal podemos contarlo combinando relato, sensación y muestra en la app, donde ha quedado el rastro de nuestras huellas, fruto del caminar físico. Una muestra de relato: “De aquí a aquí prados, luego bosques, zona rocosa, alguna tartera, descenso, subida… Por la cresta hasta… Ahí, la vista increíble, pero increíble de verdad. Divisas hasta…”. Aun no, pero pronto tienes que hacerlo, le dice el adulto al más pequeño. “Sí, tengo ganas”, respondería y añadiría: “Aunque hoy me lo he pasado bomba montando a caballo. ¿Sabes que cuando trotas tienes que …? Es Núria. Todo el valle merece estar en una lista de deseos.
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