Bochorno en el Everest, con nuevos atascos de gente por encima de los 8.000 metros
Nada nuevo en la cima más alta del mundo, pero no por ello deja de ser preocupante. El Everest se encuentra en plena temporada alta -del 10 al 29 de mayo- y durante la misma ha vuelto a suceder lo que en los últimos años: atascos con decenas de escaladores, muertos y desaparecidos y más de medio millar de alpinistas -se han contabilizado 550 hasta el 23 de mayo- que han cumplido su sueño de hollar los 8.848 metros de la cumbre y ya pueden volver para sus casas.
La restricción de permisos o el endurecimiento de los requisitos que deben cumplir las expediciones no parece haber hecho mella en el lucrativo negocio de “subir” al Everest.
Con la temporada en pleno apogeo, la semana comenzó con la noticia de dos muertes -ahora ya tres y habrá más- y dos escaladores desaparecidos, pero una de las escenas más deprimentes fue presenciada en el Collado Sur.
El lunes 20 de mayo, el alpinista indio Rajan Dwivedi compartió sus opiniones sobre los atascos hacia el campamento 4 cerca de la cumbre.
El explorador, que había estado planeando su expedición durante 10 años, dijo que la escalada le provocó “sentimientos encontrados”.
Al filmar las cuerdas fijas en las Bandas Amarillas, llamadas así por los escalones de piedra caliza rayados en la cara del Lhotse, compartió el lento progreso de las expediciones a causa no del mal tiempo o las condiciones de la ruta, sino por el exceso de gente en la misma.
En una publicación viral de Instagram, Rajan mostró a cientos de montañeros con trajes de cumbre, atados y sin rumbo.
"Vi a muchos escaladores en una situación bastante precaria colgados de la cuerda y a sus sherpas luchando por levantarlos", escribió.
En una actualización del 21 de mayo, asegura haber visto escaladores en un “estado de sueño/zombi. Estaban temblando y llorando provocando un atasco de tráfico".
Después de que una ventana de cumbre condensada en 2019 causara condiciones similares, que fueron capturadas en una fotografía como “Atasco de tráfico en el Everest”, algunos han dicho que el Everest está demasiado ocupado.
El autor británico Iain Cameron lo define como “el peor tipo de capitalismo de aventura”.
Otros alpinistas renombrados describen lo que se ha convertido la escalada del Everest como “turismo del ego”, diciendo que no podían creer que la gente gastara decenas de miles de dólares para quedarse congelado en una cola.
La gota que colmó el vaso esta semana fue el video registrado por el guía de la IFMGA, Vinayak Malla, que alcanzó la cumbre del Everest el 21 de mayo junto a clientes de Elite Exped.
En el descenso, grabaron el colapso de una cornisa que arrastró a varios escaladores al vacío a causa de la sobrecarga en la arista de la cumbre.
Una fina capa de hielo justo debajo del “Escalón Hillary” cedió, haciéndolos caer, informó la revista Outside.
Seis escaladores cayeron y la operación de rescate ralentizó los ascensos. Dos de los seis todavía estaban desaparecidos.
Por ahora, las muertes confirmadas elevan el total de muertes confirmadas a cinco para la temporada 2024 que acaba de empezar. Lo dicho: Nada nuevo en el Everest.