El deshielo de un glaciar en los Alpes deja al descubierto a un excursionista desaparecido hace 37 años
El calentamiento ha traído consigo consecuencias dramáticas para los glaciares en todo el mundo, y los Alpes no son una excepción.
A medida que el hielo se derrite, estos majestuosos bloques alpinos desvelan secretos ocultos durante décadas, incluyendo los cuerpos de montañeros desaparecidos.
Un reciente descubrimiento fue el esqueleto de un escalador alemán que había estado perdido durante 37 años.
El 12 de julio, un grupo encontró restos humanos y varios equipos en el glaciar Theodul, en el sur de Suiza, que está experimentando un marcado retroceso.
El Theodul es solo uno de los muchos glaciares en la región de Zermatt, famosa por su región de esquí de alta montaña.
La prueba de ADN confirmó que se trata del cuerpo del montañero cuya identidad no ha sido revelada por las autoridades del cantón de Valais, pero se sabe que desapareció durante una expedición a la edad de 38 años en septiembre de 1986. En ese entonces, una operación de búsqueda y rescate no logró encontrar rastro alguno de él.
Este fenómeno no es aislado, ya que en veranos anteriores se han descubierto otros cuerpos de montañeros desaparecidos hace décadas.
Casi todos los veranos el hielo que se derrite revela algo, o a alguien, perdido durante décadas. El año pasado emergieron del glaciar Aletsch los restos de una avioneta accidentada en 1968.
En 2014, el cadáver del desaparecido escalador británico Jonathan Conville fue descubierto por un piloto de helicóptero, que vio algo inusual mientras entregaba suministros a un refugio de montaña en el Matterhorn, el pico más famoso de Suiza.
Conville llevaba en paradero desconocido desde 1979. Su familia, que había pasado décadas sin saber de él, expresó finalmente su alivio por haber hallado el cuerpo y confirmar que había muerto haciendo lo que más le gustaba.
Un año después, se hallaron los cadáveres de dos escaladores japoneses al borde del glaciar Matterhorn. Habían desaparecido durante una tormenta de nieve en 1970.
Estos glaciares han sufrido un drástico retroceso en los últimos años, lo que los hace especialmente sensibles a los efectos del cambio climático.
El deshielo también ha tenido impactos más allá del aspecto humano, afectando incluso la delimitación de las fronteras entre países.
El famoso Rifugio Guide del Cervino, antes ubicado en Italia, ahora se encuentra técnicamente en Suiza debido al cambio de la línea de drenaje provocado por el retroceso del glaciar.
Científicos de Nueva Zelanda han estado siguiendo de cerca estos cambios en las masas de hielo de la región alpina y advierten que, si las tendencias actuales continúan, los glaciares podrían desaparecer en apenas una década.
Según el IPCC, desde 1977, la temperatura media ha aumentado en la zona aproximadamente 1,1 grados, lo que ha acelerado el proceso de deshielo.
El calentamiento global se convierte así en un agente desenterrador de historias olvidadas y desaparecidas.
Mientras estos glaciares se derriten, desvelan no solo cuerpos, sino también recuerdos de momentos perdidos en el tiempo.
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