Final de la búsqueda "intensiva" de la pareja desaparecida en el Pirineo francés
Tras cinco días de intensas operaciones, la Gendarmería francesa y los Bombers d'Andorra han dado por finalizado el dispositivo de búsqueda activa de Txell Fusté, de 52 años, y Esteve Carbonell, de 46, desaparecidos desde el pasado sábado mientras realizaban una ascensión al pico Rulhe (2.783 metros), en el Pirineo francés.
A partir de ahora, la localización de la pareja dependerá de operaciones puntuales, mayormente aéreas, siguiendo los estrictos protocolos de rescate de ambos países.
El jueves marcó el último día de búsqueda intensiva por parte de la Gendarmería, cuyos equipos recorrieron todos los caminos posibles en la región del Ariège.
En la jornada final, seis agentes accedieron en helicóptero hasta la cima del Rulhe y descendieron a pie inspeccionando una de las rutas que podrían haber seguido los desaparecidos. Sin embargo, no se encontró rastro alguno.
La acumulación de nieve —con espesores de hasta dos metros en algunas zonas— y las condiciones meteorológicas adversas han dificultado enormemente las tareas de rescate.
A partir de ahora, la Gendarmería francesa solo realizará vuelos de reconocimiento esporádicos, mientras que las operaciones terrestres serán muy limitadas.
Por su parte, los Bombers d'Andorra también concluyeron su dispositivo este viernes tras inspeccionar exhaustivamente el Port d’Incles y refugios del lado andorrano del pico.
Se trabajó con la hipótesis de que la pareja podría haberse desviado hacia esa zona debido a la desorientación causada por la tormenta de nieve y viento.
Durante los últimos días, se utilizaron herramientas avanzadas como dispositivos Recco para localizar víctimas bajo la nieve y repetidores móviles para rastrear las señales de los teléfonos móviles de los desaparecidos. Sin embargo, los resultados fueron infructuosos.
Las esperanzas se trasladan al entorno cercano
Ante el fin de la búsqueda profesional intensiva, el foco se ha desplazado hacia los esfuerzos de voluntarios y familiares.
Amistades de Txell Fusté y Esteve Carbonell, junto a guías de montaña y expertos excursionistas, se han organizado para seguir rastreando sobre el terreno.
También se han sumado informáticos que este viernes lograron una nueva pista: detectaron que la última señal de los dispositivos móviles de la pareja se registró unos metros más arriba del área que hasta ahora había sido explorada por los equipos de rescate.
“En esa zona hay un refugio donde podrían haberse resguardado. Es solo una posibilidad, pero intentamos mantener la esperanza”, declaró Àngels Fusté, hermana de Txell a varios medios.
El martes, los equipos encontraron el coche de los excursionistas en el Pla de Peyres, último punto accesible por vehículo antes de iniciar el ascenso al pico. En su interior hallaron un cachorro herido, que no pertenece a la pareja.
Según la familia, probablemente lo recogieron durante el trayecto y decidieron dejarlo en el coche antes de comenzar la subida al pico, con la intención de llevarlo al veterinario tras completar su ruta.
Actualmente, las autoridades buscan al dueño del animal, con la esperanza de que pueda aportar algún detalle útil para la investigación.
Una ruta truncada por el mal tiempo
Txell Fusté y Esteve Carbonell, ambos montañeros experimentados, comenzaron su ruta el viernes pasado desde el Pla de Peyres, pasando la noche en el refugio del pico del Rulhe.
Su objetivo era alcanzar la cima y descender temprano el sábado. Sin embargo, una intensa tormenta, con rachas de viento de más de 100 km/h y temperaturas que alcanzaron los -15°C, complicó gravemente su travesía.
“El torb es extremadamente peligroso. Puede causar hipotermia en cuestión de minutos y desorientar incluso a los montañistas más experimentados”, explicó un portavoz de los Bombers d’Andorra.
La región, caracterizada por abruptos desniveles, bloques de granito y escasa vegetación, dificulta tanto la orientación como los intentos de rescate. Además, la falta de cobertura telefónica ha complicado aún más la operación.
Con el paso de los días, las probabilidades de encontrar con vida a la pareja se han reducido drásticamente. Sin embargo, los familiares, amigos y voluntarios continúan aferrándose a la esperanza de dar con alguna pista que permita localizar a Txell y Esteve.