La Cruz del Aneto deberá esperar para volver a la cima
La cruz que ha coronado la cima del Aneto durante más de siete décadas tendrá que esperar al menos hasta la primavera o el verano de 2025 para regresar a lo alto de los Pirineos.
Las primeras nieves del otoño y la inestabilidad meteorológica han forzado a posponer su subida en helicóptero, dificultando el regreso de este emblema histórico al techo del Pirineo, a 3.404 metros de altitud.
Este retraso ha dejado a la comunidad montañera y a los vecinos de Benasque con sentimientos encontrados, entre la nostalgia de verla en la cima y la satisfacción de poder admirarla nuevamente en el Palacio de los Condes de Ribagorza, donde el Ayuntamiento ha decidido exponerla al público hasta que sea posible devolverla a su lugar en la montaña.
Allí, recibió hace meses una bendición previa a su traslado al hangar del cuartel de la Guardia Civil de Benasque, donde ha permanecido almacenada hasta ahora.
Una restauración para prolongar su vida
La Cruz del Aneto, erigida en 1951 a iniciativa del Centro Excursionista de Catalunya con la colaboración de montañeros españoles y franceses, ha sido símbolo y punto de referencia para escaladores de todo el mundo.
Su imponente estructura, de cuatro metros de altura y un peso aproximado de cien kilogramos, requirió de una restauración tras sufrir daños acumulados por 73 años de vientos, nevadas y exposición a las extremas condiciones de la alta montaña.
La reparación, a cargo del herrero Miguel Ángel Plaza, incluyó el reemplazo de la tornillería, el refuerzo estructural y la instalación de anclajes y tensores que permitirán asegurarla con mayor solidez una vez que vuelva a la cima.
La cruz, compuesta de chapa de aluminio, es una pieza de gran tamaño que representa un desafío logístico para su traslado y colocación, requiriendo de un helicóptero y la colaboración de especialistas del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) de la Guardia Civil, así como de montañeros voluntarios.
Intentos frustrados
El plan inicial del Ayuntamiento de Benasque era devolver la cruz a la cima a finales de verano o comienzos de otoño, aprovechando un periodo de clima estable. Sin embargo, las condiciones meteorológicas no dieron tregua:
“Los días que hizo buen tiempo en octubre, sopló muchísimo viento, y si no, llovió o hacía malo”, explicó el alcalde de Benasque, Manuel Mora, en declaraciones al Heraldo.
En un espacio protegido como el Parque Natural Posets-Maladeta, cualquier operación con helicóptero requiere permisos específicos, los cuales fueron concedidos hasta finales de octubre. Con el fin de este plazo, el Ayuntamiento deberá solicitar una nueva autorización para realizar el vuelo en primavera.
Esta prórroga se hace necesaria para evitar cualquier riesgo en un terreno en el que, con la llegada de las primeras nevadas, la operación sería demasiado peligrosa. Además, el traslado aéreo de una estructura tan grande y pesada exige unas condiciones óptimas de viento y visibilidad, que el otoño no ha permitido garantizar.
Exposición en el Palacio de los Condes de Ribagorza
Ante este nuevo aplazamiento, el Ayuntamiento de Benasque ha decidido volver a exhibir la cruz restaurada en el Palacio de los Condes de Ribagorza, tal como se hizo entre mayo y agosto.
Esta exposición temporal permitirá a vecinos y turistas acercarse a un símbolo que, durante más de tres meses, atrajo la atención de miles de personas, quienes valoraron la posibilidad de ver de cerca esta pieza icónica antes de que volviera a la cima del Aneto.
El alcalde Mora subrayó que “tuvo muy buena aceptación durante los meses que se expuso”, lo que ha motivado la decisión de devolverla a este espacio hasta que se den las condiciones idóneas para su reinstalación en la cima. De esta forma, el Ayuntamiento busca mantener vivo el vínculo de la comunidad con su emblemática cruz mientras se espera el momento adecuado para llevarla de vuelta a su lugar.
La espera de un regreso seguro
La espera hasta el próximo año es una medida prudente que busca asegurar que el regreso de la cruz sea seguro y que el emblema de la cima del Aneto se reinstale en las mejores condiciones posibles.
Este ícono pirenaico, que ha soportado los rigores del tiempo en las alturas, simboliza no solo el esfuerzo de los montañeros que la colocaron hace más de siete décadas, sino también el respeto y la paciencia que exige la montaña.
La esperanza ahora está puesta en la llegada de la primavera de 2025, cuando la Cruz del Aneto podría finalmente reencontrarse con su cima, restaurada y más robusta que nunca.