Los alces salen del bosque y se adentran en las pistas de esquí y la vía del tren
Los alces han decidido que la primavera es suya, y lo han dejado claro con dos apariciones memorables en lugares inesperados.
En la estación de esquí de Deer Valley, Utah, una madre alce y su cría irrumpieron en la jornada de esquí como si tuvieran un forfait VIP.
Entre esquiadores sorprendidos y operarios confundidos, la pareja cruzó con toda tranquilidad la zona del telesilla, obligando a detener momentáneamente el ascensor mientras tomaban un breve descanso bajo las sillas antes de seguir su camino.
Pero la fauna no solo se pasea por las montañas. En Suecia, un joven alce con aspiraciones de boxeador decidió desafiar a un tren.
Con las orejas pegadas al cuello y la cabeza baja, el animal mostró su postura más intimidante ante la gigantesca máquina de acero. Sin embargo, su oponente no se dejó impresionar.
El maquinista intentó persuadirlo con un bocinazo, pero el hielo en la bocina solo dejó escapar un sonido más digno de un juguete que de una locomotora. Tras varios minutos de tensión, el alce recapacitó y optó por una retirada táctica hacia el bosque, probablemente para replantear su estrategia de combate.
Mientras algunos esquiadores aún revisan si su seguro cubre encuentros con megafauna y los trenes suecos evalúan comprar bocinas más potentes, estos dos episodios nos recuerdan que, en la naturaleza, los verdaderos reyes de la nieve y el hielo pueden tener cuatro patas y una cornamenta imponente.