Última oportunidad para observar el cometa Tsuchinshan-ATLAS en el hemisferio norte
Un fenómeno astronómico excepcional está sucediendo este mes, y es una oportunidad única para los observadores del cielo en el hemisferio norte. Se trata del cometa C/2023 A3, también conocido como Tsuchinshan-ATLAS, cuyo último paso cerca de la Tierra ocurrió hace unos 80.000 años. Es, sin duda, un espectáculo que no se repetirá en muchas vidas.
Este cometa fue descubierto en 2023 por astrónomos del Observatorio Tsuchinshan en China y del sistema de alerta de asteroides ATLAS en Sudáfrica, de donde proviene su nombre. Su aparición ha captado la atención del mundo astronómico, ya que ofrece la rara oportunidad de presenciar un objeto celeste con una órbita tan extensa que no volverá a pasar por nuestra vecindad durante milenios.
El cometa ya fue visible para aquellos situados en el hemisferio sur, alcanzando su punto más cercano al Sol, el perihelio, el 27 de septiembre. Ahora, es el turno del hemisferio norte, donde hasta el 24 de octubre los aficionados a la astronomía tendrán la oportunidad de contemplarlo en su fase más brillante. Se prevé que se observe mejor al anochecer, justo en la dirección donde se oculta el Sol.
El cometa Tsuchinshan-ATLAS ya ha llegado a su punto más cercano a la Tierra, situándose a unos 71 millones de kilómetros el 12 de octubre. Aunque esa fue la fecha ideal para su avistamiento, todavía es posible disfrutar de su presencia en el cielo nocturno. Para una observación óptima, se recomienda utilizar binoculares o telescopios pequeños, ya que la luz de la luna, que alcanzará su plenitud el 17 de octubre como superluna, puede dificultar la visibilidad del cometa a simple vista.
Además, hay un detalle fascinante para quienes logren observarlo antes del 15 de octubre: el cometa podría mostrar una doble cola, fenómeno también conocido como "anticola". Este tipo de formación se produce cuando la Tierra cruza el plano orbital del cometa, un espectáculo inusual y que añade otro toque especial a este evento astronómico.
No olvides estar atento al cielo occidental (la parte del cielo que se encuentra en dirección al oeste), es decir, hacia el horizonte donde se oculta el sol, justo después de la puesta de sol, y aprovechar la ventana de observación hasta el 24 de octubre para contemplar un visitante que no volverá a aparecer por nuestra órbita en otros 80.000 años.