Cortina d'Ampezzo, capital mundial de las vías ferratas
De hecho, los cazadores fueron los primeros en escalar las paredes más inaccesibles para capturar a sus presas. Con el tiempo, la necesidad se convirtió en ambición apasionada, hasta convertirse en un hito en la historia e identidad del pueblo.
Las vías ferratas tal y como las conocemos hoy en día, fueron “inventadas” durante la Primera Guerra Mundial en las Dolomitas. La necesidad de facilitar el transporte de materiales y el movimiento de tropas con seguridad motivó el equipamiento de muros, chimeneas rocosas y cornisas en diversas zonas del frente.
Aquellos cables metálicos, peldaños y escaleras de madera clavadas en la roca que usaban los soldados recibieron una nueva atención alrededor de la década de 1930, particularmente en la vasta área alrededor de Cortina d'Ampezzo, donde comenzaron a ofrecer un nuevo atractivo, especialmente para el área de Tofane.
La Segunda Guerra Mundial interrumpió temporalmente los trabajos de recuperación, retomados con renovado ímpetu con vistas a los Juegos Olímpicos de Invierno de Cortina en 1956, por lo que las vías ferratas se incluyeron entre los nuevos elementos de atracción para la puesta en valor turístico de las zonas de montaña.
Más adelante se reequiparon estos itinerarios para uso deportivo y montañero. Luego se han extendido por todo el mundo.
Más de 30 ferratas
Cortina se encuentra entre los puntos con mayor número de vías ferratas del mundo, ¡con más de 30!, todas con diferentes longitudes y dificultades. Desde la más dura Punta Anna, hasta la más corta Ra Bujela, que casualmente parten del mismo sitio.
En este reportaje: ( Un viaje de altura por la cuna mundial de las vías ferratas ) podrás obtener más información sobre las vías ferratas y todas sus posibilidades en el valle de Ampezzo.