En ruta por la naturaleza y la historia de Gran Canaria, sus dos grandes tesoros
En Gran Canaria conviven cientos de historias de descubridores, de artistas, de labriegos, de pescadores, de artesanos e incluso de piratas con el tesoro de la biodiversidad. Todo ello entre la costa y las cumbres. La Unesco ha reconocido sus valores arqueológicos, etnográficos y naturales declarando casi la mitad del territorio de la Isla como Reserva de la Biosfera, además de una amplia franja marina y, como Patrimonio Mundial, en la figura del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria.
Como dicen los oriundos: “Se trata de una isla en que caben varios mundos”. Además, tienen claro que quieren seguir dejando huella y, por tanto, les es imprescindible construir un futuro cada vez más sostenible. Un futuro en que el turista activo tiene un papel protagonista.
Paisaje e historia se ponen de acuerdo para emocionar
El Paisaje Cultural se asienta sobre el centro montañoso de Gran Canaria, adentrándose en la colosal cuenca de Tejeda, trepando al Roque Nublo, abriendo senderos en la Sierra del Bentayga, penetrando en los pinares del macizo de Tamadaba y descendiendo al cauce de Barranco Hondo.
Cuando nos adentramos en ese Paisaje Cultural de las 9.500 hectáreas en que se hallan las localidades de Tejeda, Artenara, Gáldar y Agaete; o en las 65.000 hectáreas de Reserva de la Biosfera en que se encuentran Agaete, Artenara, La Aldea de San Nicolás, Mogán, San Bartolomé de Tirajana, Tejeda y Vega de San Mateo.
Efectivamente, nos emocionamos. Pero no solo por lo que vemos. Y es que cuando hemos visitado los pueblos, nos hemos tomado ese aperitivo en la terraza del bar o hemos paseado por alguno de frecuentes mercados de la isla, y nos hemos puesto a charlar con sus hospitalarias gentes y nos han contado qué hacen, cómo viven..., hemos constatado que la tierra que pisamos está repleta de esfuerzo, tenacidad, ilusión y, sobre todo, alegría y orgullo de ser grancanarios.
Son personas que llevan consigo saberes antiguos que airean cada vez que aran la tierra, guían al ganado o moldean la arcilla con sus manos. También hay indicios de quienes les precedieron: gigantes de piedra, haces de luz que bailan entre grabados rupestres, o plantas y animales insospechados.
Nos emocionamos en lo alto de la Isla, pero también lo haremos en sus 35.000 hectáreas marinas porque, ahora, con la emoción y el conocimiento en la mochila, vamos a por la aventura. Dispuestos a integrarnos a pie en el Paisaje Cultural de la Isla, seguro que descubrimos y sentimos mucho más.
Senderos para seguir un rastro milenario
El Paisaje Cultural de Gran Canaria lo cruzan múltiples senderos. Elegimos estos:
Cruz de Tejeda y Artenara
- Distancia: 7,2 km. aprox.
- Tiempo estimado: 2h.-2:30h.
- Dificultad: Baja
- Época recomendada: Todo el año
Descripción: Un paseo por el borde norte de la caldera de Tejeda, con espectaculares vistas hacia buena parte del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas. Entre profundos y escarpados barrancos, veremos cómo se erigen el Roque Nublo, el Roque Bentayga y Altavista. El sendero recorre, además, casi todo el Risco Chapín, bien de Interés Cultural. También se asoma hacia el borde norte del Paisaje Cultural donde se encuentra el yacimiento de Risco Caído.
Circulares de Tamadaba y Cruz de Acusa-Las Hoyas-Lugarejos-Coruña
- Distancia: 7,8 km. aprox.
- Tiempo estimado: 2h-2:30h.
- Dificultad: Baja
- Época recomendada: Todo el año
Descripción: Este sendero recorre una buena parte el paisaje agrícola de Gran Canaria y nos interna en una parte del Pinar de Tamadaba, que cumplió históricamente un papel económico esencial en el Paisaje Cultural. Se trata de un territorio modelado durante siglos donde aún persiste la agricultura de subsistencia practicada en los bancales que escalan barrancos escarpados y el pastoreo de ovejas y cabras en sus laderas, verdes en invierno y doradas en verano.
Encrucijada del Roque Nublo
- Distancia: 11,2 km. aprox.
- Tiempo estimado: 3h.-3,30h.
- Dificultad: Baja
- Época recomendada: Todo el año
Descripción: Sendero a través del cual conocemos el Monumento Natural más emblemático de la isla, el Roque Nublo, en el mismo corazón de Gran Canaria. En esta ruta disfrutaremos de unas vistas privilegiadas de buena parte del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas.
Echamos la mirada atrás, respiramos, reflexionamos, observamos el camino andado, reponemos fuerzas y oteamos el horizonte. Magnífico. Junto al camino, el guiño de la salvia canaria, esa flor que viste el paisaje por el que nos movemos.
El Paisaje Cultural: un hilo entre la cueva y las estrellas
Dicen que las personas que vivían en cuevas se conectaban con el firmamento a través de un hilo invisible. Precisamente este es uno de los motivos clave para la proclamación del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria como Patrimonio Mundial: el contraste entre la oscuridad de cavidades horadadas en la piedra volcánica en el pasado y en las estrellas, que se encienden cada noche en la cumbre de la isla.
Sus primeros pobladores fueron grupos de bereberes procedentes del norte de África. Vivieron aislados durante más de 1.500 años desarrollando una nueva sociedad adaptada al territorio en el interior de lo que para ellos era una crisálida en forma de isla, Gran Canaria.
Esta cultura alumbró un amplio conjunto de yacimientos arqueológicos que abarcan templos, graneros fortificados, cuevas pintadas y áreas de grabados. También hay poblados totalmente edificados en cuevas. Hoy en día, hay personas que duermen y sueñan en las mismas cuevas que habitaron los ancestros de la Isla. Dicen que cuando uno mira las estrellas por la noche y se deja hechizar por el cielo nocturno cumbrero percibe que el hilo invisible entre el fondo de la cueva y el cielo sigue intacto.
Además, la pervivencia de determinadas tradiciones y usos ancestrales del territorio mantiene la solidez de esa cadena entre el pasado y el presente de Gran Canaria. Algunos de sus eslabones son la trashumancia, la alfarería sin torno, el cultivo en bancales, el manejo del agua como un recurso escaso o la utilización de semillas de cebada idénticas a las que se cultivaban hace prácticamente dos milenios. Así es como germina la tradición en el siglo XXI.
La verdadera dimensión de esta cultura permanecía oculta en el llamado ‘templo perdido’ de la antigua población grancanaria, el espacio ritual y marcador astronómico de Risco Caído. Esta cavidad excavada en el margen umbrío de Barranco Hondo cuenta con una pequeña abertura en su bóveda que permite la entrada de la luz del sol y la luna.
En el solsticio de verano, el haz recorre las paredes e ilumina los grabados rupestres en forma de triángulos púbicos, asociados a la fertilidad. Lo mismo sucede en el solsticio de invierno, en este caso con la luna llena. La réplica del lugar y del fenómeno puede contemplarse en el Centro de Interpretación de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria.
Centros para visitantes recomendados
Centro de Interpretación de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria: Simbólicamente excavado en la montaña, se encuentra en Artenara y alberga la réplica a tamaño real del llamado ‘templo perdido’ de la sociedad indígena. Esta fiel reproducción recrea el fenómeno del haz de luz que penetra en la cueva real en determinados periodos del año por una abertura practicada en su bóveda y recorre un friso de grabados, al tiempo que cambia de forma y posición a medida que el sol avanza a lo largo del día y de los meses, marcando equinoccios y solsticios. *Abierto de lunes a domingo de 10 a 17 horas.
Centro de Interpretación del Roque Bentayga: Esta instalación profundiza en los rasgos culturales, etnográficos y naturales del conjunto geológico y arqueológico que corona Gran Canaria. Además, es la puerta de entrada para conocer el marcador astronómico que anuncia la llegada del solsticio de invierno. *Abierto de lunes a domingo de 10 a 17 horas.
Centro de Gestión e Información del Paisaje Cultural: Situado en pleno casco del pueblo de Tejeda, en el número 6 de la Calle Párroco Rodríguez Vega, está ubicado en una edificación tradicional canaria. En su interior están distribuidos diversos elementos expositivos, incluidos contenidos audiovisuales. *Abierto de lunes a domingo de 10 a 17 horas.
Centro de Interpretación Los Caserones: Este espacio ubicado en el litoral de La Aldea de San Nicolás dedica un espacio a la Reserva de la Biosfera. El impulso de la Reserva ha posibilitado la ordenación del humedal de La Marciega. El Centro abre una gran ventana a los extraordinarios valores arqueológicos, etnográficos, naturales y paleontológicos que confluyen al final de la mayor cuenca hidrográfica de Canarias. Aquí, la población habitó durante mil años uno de los poblados más importantes de la antigua Gran Canaria, integrado en su apogeo por 800 viviendas en las que se gestaron manifestaciones culturales únicas y de las que aún queda una amplia representación, bien ya excavadas o asomando en la superficie de la tierra. *Abierto de lunes a domingo de 10 a 17 horas.
Y para los que siempre quieren más...