La magia de los mercados de Navidad en la palaciega Viena
Los mercados navideños en Viena son un imprescindible en la wishlist 2023. Se trata de una tradición que se remonta a la Edad Media y algo de aquella esencia de antaño aún la podemos reconocer ahora. Cuando, en 1298, el archiduque Albrecht permitió a los vieneses celebrar un mercado de diciembre ("Krippenmarkt"), los campesinos traían a la ciudad animales, enseres hechos de madera, los frutos de su cosecha, mermeladas, conservas, bordados... Hoy, salvando todas las distancias, aún se intenta mantener esa esencia. Casetas de madera que recuerdan las zonas rurales austríacas, artesanía, comida casera... El carácter ha cambiado, pero sigue siendo toda una fiesta. Finalmente, un lugar de reunión, festejo y compras.
Viena, aparte de los mercados sobre los que ponemos el foco, nos ofrece la posibilidad de muchas más actividades y no nos las vamos a perder.
De paseo por cualquier mercado vienés
Paseamos. Nos envuelven los olores de esas salchichas acabadas de cocer, humeantes. La mirada impasible de los muñecos de galleta. Los abrazos de esos grupos de amigos que han elegido este como punto de encuentro y que cruzan contigo, el visitante, una sonrisa de complicidad. La música de fondo, villancicos internacionales, no nos permite dudar permite dudar de que estamos en fiestas navideñas. Cuando oímos el emblemático villancico austríaco 'Stille Nacht, Heilige Nacht' ('¡Noche de Paz! ¡Noche de Amor!’) “Noche de Paz”, entonado por primera vez en la Nochebuena de 1818 en la Iglesia de San Nicolás, en Oberndorfer (Austria), nos sentimos, aún más, en Austria. En Viena.
Un peque austríaco de un grupo escolar que está disfrutando de un espectáculo de guiñol, nos señala, con los ojos muy abiertos y llenos de ilusión, qué bonito es lo que está viendo. Mientras, sus compañeros de clase cantan un villancico.
¡Cómo les gusta el Adviento a los vieneses!
Y, si entre semana, oímos cantar a los niños, los fines de semana, ahí mismo - en casi todos los mercados-, podemos disfrutar de coros o bandas musicales. Momentos entrañables y, por supuesto, muy navideños.
La guinda musical vienesa nos la guardamos para el final. Iremos de concierto.
El mercado que nos da un beso de bienvenida, el de Gustav Klimt
El mercado, pequeño, muy pequeño, pero con un valor añadido insuperable. El escenario es el Palacio Belvedere de Viena y, en su interior, la Österreichische Galerie Belvedere que acoge el cuadro más conocido del pintor austríaco Gustav Klimt: “El beso” (1.907-1.908). Magnífico.
Klimt pintó lienzos y murales con un estilo personal muy ornamentado, pero también mostró su pasión por la artesanía. Los momentos tan gratificantes de la contemplación de “El beso” nos los tomamos como el beso de bienvenida de una ciudad acogedora y, "como Klimt" seguimos con nuestra ruta descubriendo lo artesano.
El fruto de la incursión de Klimt en la artesanía se plasmó en los objetos que hoy reúne la Galería de Secesión vienesa que bien vale una visita en nuestra estancia. Antes de entrar, observamos la fachada, impactante teniendo en cuenta el año de su construcción (1898). Sobre el pórtico, vemos leemos: “Der Zeit ihre Kunst - der Kunst ihre Freiheit.” (“A cada tiempo, su arte. A cada arte, su libertad”). Inspirador. Es el lema de la unión de artistas que salió de la conservadora Künstlerhaus y respondía al nombre de Secesión. En 1898 se terminó de construir el edificio con el mismo nombre.
Mercado navideño del Ayuntamiento Rathaus Park, el más grande y concurrido
Por tamaño, elegimos el mercado navideño del Ayuntamiento Rathaus Park. Puede que prefiramos alguno más pequeño, con más encanto, donde todo lo que se venda y exponga sea artesano, pero este es uno de los más concurridos. Si tenemos tiempo, también hay que disfrutarlo.
Más de 150 puestos, atrezzados al más puro estilo austríaco de look rural, muestran figuras de madera, de metal, de cristal y de porcelana. Entre los que cada cual elige qué encaja mejor en la decoración de su árbol, de su casa... O simplemente admira el trabajo de artesano. Se le conoce también como el “Mercado de los Sueños”. En él nos sorprende el árbol del amor con más de 200 corazones rojos iluminados.
Entre mercado y mercado, patinaje de película a ritmo de vals
También cerca del Ayuntamiento, encontramos la Little Ice Dream. 9.500m2 donde vemos cientos de patinadores avanzando en sentido único. Podemos apuntarnos si queremos que nuestra estancia en Viena nos sitúe en esta escena tan recurrente en las películas de Navidad. Puede que, sumando, sumando, sintamos eso que llaman “la magia de la Navidad”.
No hay experiencia vienesa completa que no pase por una cafetería o cafeterías...
Pasar un buen rato en un café vienés es una experiencia obligada cuando estamos en la capital austríaca. Estos locales forman parte de la historia de la ciudad. Son lujosos y acogedores. En Viena no se toma un café, se “disfruta”, tanto por el continente (las cafeterías y porcelanas) como por el contenido. Todo un ritual.
Cuentan que la costumbre de tomar café en Viena proviene de que fue precisamente por esta ciudad por donde el café entró a occidente. Cuando las tropas otomanas sitiaron esta capital por segunda vez, parece que al irse olvidaron grandes sacas de café en Viena y que fue así como los vieneses iniciaron su consumo.
- Café Hawelka. Con el apellido de su dueño, Leopold Hawelka este café acogió a literatos y artistas de vanguardia.
- Café Sperl. Es el único café de Viena que conserva su interior de estilo jugendstil casi intacto desde que se fundó en 1880, con mesa de billar incluida.
- Café Central. Situado en pleno centro de Viena en un majestuoso edificio. Data de 1876. Es uno los cafés más bonitos de Viena. Este legendario café era frecuentado por literatos como Arthur Schnitzler y Peter Altenberg y también por Sigmund Freud y Adolf Loos. Objetivo: tomar una porción de su famoso pastel.
- Café Sacher. Famoso por ser donde se creó la legendaria tarta Sacher. Precioso.
- Pastelería-cafetería Demel. Para que la vista disfrute de un salón rococó. Escaparates, vitrinas. Todo seducción. Excelentes tartas. Exquisiteces resultantes de más de 200 años de tradición. Destacable: Todo el personal es femenino.
Interesante y curioso. También en Demel: venden estuches colgantes con dulces en su interior que muchos usan para decorar el árbol. Tan bonitos que da pena comérselos, pero, como dicen en Viena: “Es difícil resistirse a las tentaciones dulces del antiguo confitero imperial y real”.
¿Sabías que Viena se exporta nieve a todo el mundo desde hace más de 100 años?
Sí. Lo hace en bolas de cristal en que la nieve cae lentamente. Esta es la clave, que caiga muy, muy despacio. La fábrica museo de las bolas originales está en el extrarradio de Viena (Hernals) y allí se producen unas 200.000 al año que se distribuyen por todo el mundo. Erwin Perzy I inventó la bola de nieve y hoy, su nieto Erwin Perzy III sigue la tradición de esta empresa familiar. El secreto del arte de la nieve es, lógicamente, un secreto de familia muy bien guardado.
El muñeco de nieve es el más vendido.
Y más mercados...
Por la noche, cuando la temperatura está a unos 0º, llega el momento de los caldos en los mercados. Vemos a la gente sostener con las manos una hogaza de pan a la que se le ha quitado la miga y que se ha rellenado con alguna espesa sopa. “It's a cheese soup” (Es una sopa de queso), nos dice esa señora que la deja probar al que debe ser su nieto. Desprende olor. Desprende calor. Humea. Como también lo hace el vino caliente que se toman en los mugs que se diseñan cada año para la ocasión.
Las imágenes que captamos son como postales. Tantas como mercados hay en Viena:
- Mercado de Navidad y espectáculo navideño en los jardines de flores de Hirschstetten
- Antiguo pueblo navideño del AKH
- 34º Mercado de Navidad vienés de Freyung
- Mercado de Navidad de Am Hof
- Mercado de Navidad en el Palacio de Liechtenstein
- Cultura y Mercado de Navidad del Palacio de Schönbrunn
- Museums Quartier - Jardín de invierno en el MQ
- Villa de Navidad del Palacio de Belvedere
- Mercado de Navidad en el SpittelbergPueblo de Navidad en la plaza Maria-Theresien-Platz
- Mercado de Navidad en Stephansplatz
- Adviento del Arte: Arte y Artesanía en la Pza. San Carlos
- Sueño navideño vienés en el Christkindlmarkt - Pza. del Ayuntamiento
- Mercado de Navidad para disfrutar junto a la Ópera de Viena
- Mercado de Navidad en el Türkenschanzpark
- Mercado de Invierno - Prater
- Adviento rústico en el Centro de Exposiciones - Prater
- La Magia de la Navidad en Ottakring
Fuente: Wien Tourismus, 2022
Broche musical de lujo
Una noche de concierto en el Musikverein con la Orquesta Filarmónica de Viena es otro lujo que vale la pena permitirse en esta ciudad. Talento, virtuosismo, escenario... Todo. El repertorio, en nuestro caso: Dvořák, Mozart y Lutoslawski. Para la interpretación, un contundente aplauso con 4 bises, tan apasionados como los que se merece Viena y, especialmente, en Navidad.
Siempre vale la pena programar una visita a Viena. Es una ciudad mágica en cualquier época del año. Y si queremos celebrar un Adviento tan único como el vienés, los mercados de Navidad de Viena están abiertos durante todo el mes de diciembre, hasta el día 26. Pongamos un "tic" en la wishlist para el año que empezamos.
- Más información: Oficina de Turismo de Viena