Lleida, un destino para vivir múltiples sensaciones de la forma más "natural"
El territorio de Lleida destaca sobre todo por su naturaleza. Esa que ofrece tantas opciones de actividad como de sosiego. Y que, en ambos casos, lo hace con potencia. Lleida no se anda con chiquitas, impresiona. Puede hacerlo con la imponencia de sus montañas, con la fuerza de sus ríos, con su aire limpio, con lo infinito de sus llanos, con el sabor de su cocina, con el brindar con sus vinos, con esa flor en un murete de piedra seca, aderezando un pan con tomate con aceite de oliva extra virgen de Denominación de Origen, o con una más que magnífica antigua catedral, la Seu Vella. Todo ello, patrimonio envolvente al que se une una concepción de servicio turístico de calidad. La suma crea estancias para recordar.
En tiempos de pandemia como los actuales, las características del Pirineo y las Tierras de Lleida son altamente ventajosas. Nos hemos acostumbrado a mantener cierta distancia interpersonal. Eso, los espacios abiertos, amplios y “naturales” de Lleida lo permiten. Queremos movernos en “grupos burbuja”. Eso también podemos hacerlo. Para el sector turístico de Lleida, buscar soluciones ya es un hábito con garantía probada. Pero la verdad es que su condición de “natural en estado puro” lo hace todo más fácil.
Paisajes por todo lo alto
La espectacularidad de la alta montaña del Pirineo de Lleida es indiscutible. Un ascenso y, de repente, un lago en la falda de un pico exuberante. Rodeándolo, para mayor espectáculo, ahora un águila real, más tarde puede que un quebrantahuesos. Subiéndolo, un ágil rebeco que se para y parece mirarnos fijamente. Muchas marmotas. Ciervos que pasean tranquilos. Algunas musarañas.
Puede que avistemos algún urogallo, ese ave emblemática de la zona y grande (el macho pesa entre los 3,5 y 6,5kg), con cola en forma de abanico y, bajo el pico, unas preciosas plumas en forma de barba. Un ave a la que le gusta vivir entre los 1.400 y los 2.200 msnm. Un ave protegida y, como toda la fauna del Pirineo, a proteger.
Parajes que apuestan por la sostenibilidad
En el Pirineo de Lleida, como parajes únicos, encontramos dos parques naturales, el del Alt Pirineu y el Parque Natural del Cadí-Moixeró. Por definición, son extensiones de terreno natural de interés general por su ecosistema y hábitat, cuya conservación es compatible con el aprovechamiento de sus recursos y las actividades de sus habitantes. Por disfrute, son belleza y naturaleza en su estado más puro, con posibilidades de aventura como senderismo y biking, observación de flora y fauna. Un caso aparte es el único parque nacional de Cataluña, el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. Extraordinario.
¿Otros lugares de interés natural en el Pirineo y las Tierras de Lleida? Muchos. Se cuentan por decenas sin tener en cuenta esos rincones que, aunque no tengan ningún tipo de catalogación, inspiran.
¿Cuáles destacamos? Difícil, pero posible: el desfiladero de Mont-rebei, el Estany d’Ivars y Vila-sana y la Reserva Natural de Caza de Boumort (entre otros, claro…).
Tanto el Parque Natural del Cadí-Moixeró como el del Alt Pirineu han acordado iniciar el proceso para adherirse a la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS), aunque la apuesta por la sostenibilidad es transversal a toda Lleida.
Del pino y el abeto a la viña y los frutales
El paisaje agrícola leridano es todo un mundo lleno de nuevas y constantes propuestas de actividad. El paisaje vitinícola, por ejemplo, con la propuesta de la Ruta del Vino de Lleida, puede llevar al visitante a más de 40 bodegas.
Entre ellas, espacios de nueva creación habilitados en áreas agrícolas como Raimat Natura, recientemente inaugurado, un gran espacio natural con viñedos muy próximo a Lleida ciudad, que propone ocio.
Las hileras de cepas las podemos encontrar a 200 msnm como a más de 1.000. Los vinos resultantes son de una calidad sorprendente. Los D.O. Costers del Segre son perfectos para maridar con las excelencias de la gastronomía de esta tierra.
La fruta dulce y los olivos, que dan lugar a uno de los aceites más reconocidos del mundo, son otros de sus tesoros.
Gastronomía de lujo
No por sofisticada -aunque también- si no, sobre todo, por artesana y próxima, de calidad. El abanico de productos y sabores es muy amplio: embutidos, quesos, frutas, carnes de todo tipo, frutos secos… Con productos tan genuinos como la “coca de recapte” o el panadón. Y pocos son los que no combinan bien con ese chorrito de aceite de oliva virgen D.O. P. Les Garrigues Lleida.
Lleida colecciona de sellos de calidad
La calidad de los productos -de todo tipo- de Lleida cuenta con una larga lista de reconocimientos internacionales.
- “Biosphere Destination”, otorgada recientemente por el Instituto de Turismo Responsable (ITR) que acredita el compromiso del destino para lograr un turismo responsable y ambientalmente sostenible, socialmente inclusivo y universalmente accesible.
- Distintivo de Biosphere Destination concedido a la Val d’Aran como primer destino de montaña en recibir la acreditación.
- “Certificado de Destino Turístico y Reserva Starlight”, otorgado por la Fundación Starlight (UNESCO), a la zona del Montsec, al Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici y los 10 municipios de su entorno.
- Declaración de “Geoparque mundial” Orígens, en la Conca de Tremp-Montsec.
- Reconocimientos UNESCO:
- Conjunto románico de la Vall de Boí (Patrimonio Material de la Humanidad).
- Inclusión del pueblo de Taüll en el proyecto CHARM, una ruta transnacional de 10 pueblos con encanto de 6 países distintos que ofrecen actividad en base al patrimonio cultural y natural en zonas rurales europeas.
- Las Fallas (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad).
- 16 yacimientos de arte rupestre del final de la Prehistoria, como la Roca de los Moros de El Cogul, (Patrimonio Mundial).
- Técnica constructiva de la piedra seca (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad)
Los deportes de aventura, icono de Lleida
Propuestas para potentes descargas de adrenalina o simplemente disfrute familiar, según el nivel por el que se opte, es lo que se puede conseguir con rafting, kayak, descenso de barrancos; vuelos en ala delta, parapente o globo; cicloturismo, BTT, e-bike… En plan tranquilo o de aventura vibrante. Ahí, cada uno decide, El Pirineo y las Tierras de Lleida ponen el escenario perfecto, sea cuál sea la elección.
En el Pirineo y el Prepirineo leridanos hay más de 200 empresas que ofrecen hasta 50 disciplinas deportivas outdoor.
Y, de nuevo, un récord: en 2021, el territorio de Lleida habrá albergado 9 de los 13 festivales de senderismo que se celebran en el Pirineo catalán. Este casi 75% de protagonismo le otorga una considerable relevancia.
Lleida, en familia, es ideal
Sí, ideal. Las propuestas seducen y garantizan actividad satisfactoria y sobre todo muy diversa para toda la familia. De hecho, Lleida, en este sentido es un destino totalmente consolidado ya que cuenta con equipamientos creados para el subsector turístico familiar. También sobre ello cuenta con certificaciones:
- La Vall de Boí, las Valls d'Àneu y Pirineos-Noguera Pallaresa (de la Agencia Catalana de turismo) por sus equipamientos y servicios adaptados a las necesidades de las familias que van con peques.
- La Val d’Aran (de la Federación Española de Familias Numerosas, FEFN.
- Zoo del Pirineo de Odèn, Rafting Parc de La Seu d'Urgell, Granja-escuela La Manreana y Parque Astronómico Montsec (sello de equipamiento familiar).
Turismo científico e industrial
Los yacimientos de dinosaurios de la Conca Dellà; el conjunto de equipamientos hidroeléctricos de la Vall Fosca; el Centro de Observación del Universo (COU), que aprovecha las privilegiadas condiciones de la zona para observar el cielo nocturno, o la propia sierra del Montsec, meca de los aficionados a la geología constituyen privilegiados enclaves para disfrutar el turismo científico e industrial. En este caso, aunque el público familiar también es idóneo porque encuentra actividades diseñadas exprofeso para él, las fórmulas son variadas y atractivas tanto para este público como para el general e incluso el experto.
Museos de naturaleza
Relacionados con la naturaleza y el mundo rural, además de muchos espacios dedicados al aceite y al mundo agrario, destacan: la Casa del Oso pardo de los Pirineos, en Isil, un centro de interpretación sobre este plantígrado; el Museo de la Conca Dellà, basado en los dinosaurios;; el Ecomuseo de las Valls d'Àneu, en Esterri d'Àneu, que acerca a la vida tradicional pallaresa; los Museos de la Val d'Aran, que conjugan contenidos etnológicos e históricos; el Museo Hidroeléctrico de Capdella, centrado en el aprovechamiento del agua como recurso energético; el Centro de Interpretación del Oro del Segre, en Balaguer, que permite que los visitantes busquen este metal precioso; el Museo de las Trementineras de Tuixent, donde se descubre quiénes eran estas mujeres y qué hierbas y cómo llegaron a comercializar sus remedios; el Museo de las Mariposas de Ribera de Cardós; el Museo del Clima y la Ciencia de Lleida.
La huella medieval
Lo medieval es otro de los atractivos de Lleida. Esta tierra que fue frontera árabe-cristiana contiene castillos, torres de vigía y pueblos amurallados como los castillos del Sió o Montfalcó Murallat en la Segarra.
Y también emblemáticas edificaciones religiosas, como el cenobio femenino cistercense de Vallbona de les Monges, el monasterio de Sant Ramón o el convento de Les Avellanes.
Las rutas del aceite y del vino que propone Lleida también tienen ciertos tintes medievales. No en vano, se trata de productos ya elaborados en esos tiempos.
Y, ¿sabíais que en Lleida se pueden recorrer varias etapas del Camino de Santiago y del Camino Ignaciano? Pues sí, también esta es una buena propuesta. En este caso para los que unen su inquietud deportiva a la cultural o incluso religiosa.
Lleida capital, patrimonio antiguo y modernidad en cuidada armonía
La Seu Vella (Catedral Antigua) de Lleida es imponente, un imprescindible. Lo es mirarla desde abajo y lo son las vistas de la ciudad desde ella. La corona. Es casi un mirador. Este templo románico-gótico rodeado es candidato a Patrimonio de la UNESCO. Pero Lleida ha sabido combinar el aliciente de lo histórico con construcciones modernas como el Palacio de Congresos y Teatro de La Llotja, o el Museo de Lleida. Así, la ciudad sabe a cultura en múltiples registros.
Hace que el visitante pueda sentirse en una u otra época según el recorrido elegido. Puede empezar por un castillo, como el de los Templarios, seguir por edificios románicos y góticos, pasar por la Judería y acabar tomando un refresco en una terraza frente a una casa modernista. Apacible, interesante, diverso. Varios adjetivos más que encajan con Lleida.
Más información: Patronat de Turisme de la Diputació de Lleida