El tren de Artouste: Un viaje de un euro hacia el futuro turístico del valle de Ossau
Enclavado los Pirineos Atlánticos, el tren de Artouste ha recorrido un largo camino desde sus humildes comienzos en la década de 1920.
Originalmente concebido como una herramienta para la construcción de una presa hidroeléctrica en el lago Artouste, este pequeño tren se ha transformado en una de las atracciones turísticas más emblemáticas del valle de Ossau.
Hoy, más de 100 años después de su primer viaje, el tren de Artouste sigue siendo un ejemplo de la innovación humana, así como un motor económico clave para la región.
Ahora, su adquisición por parte del municipio de Laruns por un euro simbólico marca un nuevo capítulo en la historia de esta línea ferroviaria.
El tren de Artouste comenzó en los años 20, en pleno corazón de los Pirineos. La Compagnie des chemins de fer du Midi, posteriormente conocida como la Société Hydroélectrique du Midi (Shem), se embarcó en la ambiciosa tarea de construir una presa en el lago Artouste, situado a 2.000 metros de altitud.
Para facilitar la construcción y el mantenimiento de esta infraestructura, la compañía decidió construir una línea ferroviaria de 10 kilómetros a lo largo de los acantilados del valle superior de Ossau.
La construcción de esta línea ferroviaria fue una auténtica hazaña de ingeniería. La línea serpentea a lo largo de paisajes espectaculares, ofreciendo vistas inigualables de los picos y valles pirenaicos.
El tren, inicialmente destinado a transportar materiales y personal durante la construcción de la presa, pronto se convirtió en un atractivo turístico por derecho propio.
En 1932, la Compagnie du Midi decidió abrir los vagones al público, permitiendo a los visitantes disfrutar de un viaje único a través de las montañas.
Con el paso de los años, el tren de Artouste dejó de ser simplemente un medio de transporte industrial y se consolidó como una de las principales atracciones turísticas de los Pirineos Atlánticos.
Cada verano, más de 100.000 personas se aventuran a subir a bordo de este trenecito para experimentar un viaje que combina historia, naturaleza y aventura.
El recorrido de 55 minutos lleva a los pasajeros desde la estación de Artouste-Fabrèges hasta el lago de Artouste, a través de túneles, puentes y curvas vertiginosas.
Este tren no solo ofrece una experiencia turística incomparable, sino que también ha jugado un papel fundamental en la economía local.
A lo largo de las décadas, ha atraído a miles de visitantes al valle de Ossau, contribuyendo al desarrollo del turismo y apoyando a las comunidades locales.
Esta semana se ha anunciado la compra del tren de Artouste por parte del municipio de Laruns, lo que marca el inicio de una nueva era para esta histórica atracción.
El acuerdo estipula que el municipio adquirió el tren por el precio simbólico de un euro, poniendo fin al alquiler anual de 300.000 euros que Laruns pagaba a Shem por el funcionamiento del tren.
El municipio planea invertir en la modernización del tren, incluyendo la compra de nuevos vagones y la sustitución de los actuales vagones de maniobra por modelos más modernos.
Además, los costos de mantenimiento del tren, que ascienden a aproximadamente 700.000 euros anuales, serán compartidos entre Laruns y Shem.
El objetivo de Laruns es ambicioso: incrementar el número de visitantes anuales del tren de los 111.000 actuales a entre 120.000 y 150.000.
Este aumento no solo beneficiaría a la economía local, sino que también consolidaría al tren de Artouste como uno de los principales destinos turísticos de la región.
El tren de Artouste es más que una simple atracción turística; es un testimonio de la historia, la innovación y el espíritu de aventura que definen al valle de Ossau y a los Pirineos Atlánticos. Con la reciente adquisición por parte del municipio de Laruns, el tren se prepara para afrontar un futuro lleno de oportunidades. La modernización y expansión planeadas prometen atraer a una nueva generación de visitantes, asegurando que el tren de Artouste siga siendo una joya del turismo en los Pirineos durante muchos años más.
