Los alpinistas que suban al Everest deberán bajar con sus desechos fisiológicos
¿Cómo mantener la gallina de los huevos de oro sin que se rompan los huevos? Que en la cima más alta del planeta puede traducirse en: ¿cómo mantener el lucrativo negocio de las expediciones al Everest sin que la montaña se convierta definitivamente en un vertedero?
Pues bien, se acaba de anunciar otro intento en este sentido: la normativa que rige las ascensiones a la cima más alta del planeta incorpora un nuevo epígrafe que obliga a los alpinistas a recoger sus heces y llevarlas al campamento base para ser procesadas.
Según informa la BBC, Mingma Sherpa, presidente del municipio rural de Pasang Lhamu, que controla la zona que introdujo la nueva norma como parte de un paquete de medidas más amplias, no quiere que "nuestras montañas empiezan a apestar".
"Recibimos quejas de que se ven heces humanas en las rocas y de que algunos escaladores se enferman. Esto no es aceptable y erosiona nuestra imagen", añade.
Así que, a partir de esta misma temporada, los escaladores que intentan alcanzar el monte Everest, y el cercano monte Lhotse, tendrán que comprar las llamadas bolsas de excremento en el campamento base, que serán revisadas a su regreso.
Se calcula que un escalador produce una media de 250 gramos de excremento al día y, aunque no hay cifras oficiales, la organización no gubernamental Sagarmatha Pollution Control Committee (SPCC), cifra en unas tres toneladas de excrementos humanos entre el campo uno, en la base del Everest, y el campo cuatro, hacia la cima.
Autorizado por la municipalidad rural de Pasang Lhamu, el SPCC está adquiriendo alrededor de 8.000 bolsas de excremento de Estados Unidos, para un estimado de 400 escaladores extranjeros y unos 800 trabajadores que servirán como personal de apoyo para la próxima temporada que comienza en marzo.
Estas bolsas contienen productos químicos y polvos que solidifican los excrementos humanos y los hacen en gran medida inodoros.
Durante la temporada de escalada, los montañistas pasan la mayor parte del tiempo en el campamento base, aclimatándose a la altitud.
Allí se levantan tiendas de campaña separadas que hacen las funciones de baños y cuentan con barriles debajo que recogen los excrementos.
Pero una vez que comienzan su ascensión, las cosas se ponen más difíciles.
La mayoría de los escaladores y el personal de apoyo tienden a cavar un hoyo para defecar, pero cuanto más alto subes, algunos lugares tienen menos nieve, por lo que las expediciones se ven obligadas a hacerlo al aire libre.
Normalmente, pasan unas dos semanas en los campamentos más altos para intentar llegar a la cima.
Debido a las temperaturas extremas y el hielo perenne, estos excrementos que quedan en la cima no se degradan por completo.
Pese a que el ascenso puede durar semanas, muy pocas personas traen sus excrementos de vuelta en bolsas.
Se trata de proyecto piloto que luego replicarse también en otras montañas.