La evolución del equipo y la ropa en las ascensiones al Everest
Desde que Sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay alcanzaron la cima del Monte Everest en 1953, el equipo y la ropa que se usan en las expediciones de ascenso a la cima del mundo han evolucionado significativamente.
En aquella expedición, Hillary y Tenzing Norgay utilizaron ropa de lana y cuero que era pesada y no siempre eficaz en condiciones extremas.
En aquel momento, la impermeabilidad y transpirabilidad de sus prendas de ropa eran casi un enemigo en vez de un aliado.

A través de una técnica conocida como “columna de agua” que mide la impermeabilidad de los tejidos, sabemos que Hillary y Norgay llegaron al techo del mundo con una impermeabilidad de 0 a 5 000 mm, donde cero es no resistencia y 5.000 mm es una resistencia no muy alta: lluvia ligera, nieve seca, etc.
Esto, unido a la baja transpirabilidad de sus prendas, hizo que acabaran empapados por su propio sudor, deshidratándome debido al enfriamiento súbito.
Los avances en tecnología han permitido el desarrollo de prendas más ligeras, transpirables y resistentes y, aunque ciertos materiales tradicionales como el cuero, la lana o el plumón siguen teniendo gran vigencia, hoy en día se nos hace difícil concebir equipos que no incluyan estos materiales ultraligeros y que permiten reducir el peso a menos de 10 kilos.
El Monte Everest ha sido testigo de esta evolución, convertido en un escenario donde se han puesto a prueba la resistencia y eficacia de estos nuevos materiales técnicos.
En particular, la tecnología y la innovación en el diseño de ropa y equipo han permitido a los alpinistas lograr niveles cada vez mayores de confort y seguridad en las condiciones extremas del Everest.
En los primeros días de las expediciones de ascenso al Everest, los alpinistas dependían en gran medida de la ropa y el equipo militar estándar.
A medida que los ascensos se volvían más desafiantes, se introdujeron mejoras en el equipo y la ropa.
En la década de 1960, por ejemplo, los alpinistas comenzaron a usar botas de escalada de cuero y equipo de protección contra el viento.
Con el paso del tiempo, la tecnología ha permitido la creación de ropa y equipo diseñados específicamente para soportar las condiciones extremas del Everest.
En la década de 1970, se desarrollaron materiales sintéticos como el Gore-Tex, una membrana de politetrafluoroetileno expandido que puede llegar a alcanzar columnas de agua hasta 28 000 mm, que permitieron a los alpinistas mantenerse secos y cómodos en las condiciones de alta humedad en la montaña.
Además, se diseñaron sacos de dormir con mejor aislamiento térmico, ropa de alta montaña con mayor capacidad de protección contra el frío y sistemas de calentamiento portátiles, que permitieron a los alpinistas sobrevivir en condiciones extremas y llegar a puntos y lugares que parecían inalcanzables.
En las últimas décadas, se ha visto una evolución aún más significativa en el equipo y la ropa de ascenso al Everest.
Las chaquetas y los pantalones de pluma de ganso, por ejemplo, se han convertido en la norma, proporcionando una excelente protección contra el frío y una mayor movilidad.
Las botas de escalada también han evolucionado para incluir materiales más ligeros y más resistentes al agua.

Además, se han desarrollado tecnologías como la ropa de alta montaña con materiales inteligentes, que cambian de aislamiento térmico en función de las condiciones ambientales y los niveles de actividad.
Los materiales sintéticos con características óptimas para su utilización en montaña incluyen la poliamida (nailon) o el poliéster para el textil o las cuerdas, el neopreno por su capacidad aislante, la fibra de carbono por su ligereza y resistencia, el teflón por impermeabilidad y transpirabilidad, o la espuma EVA por su amortiguación.
También se han creado sistemas de seguimiento GPS y tecnología de comunicación para permitir a los alpinistas estar conectados y seguros durante las expediciones.
La tecnología y la innovación en el diseño de ropa y equipo han permitido a los alpinistas enfrentar con mayor seguridad y comodidad las condiciones extremas del Everest y convertir la escalada en ochomiles en más asequibles.
A medida que continúe la evolución en tecnología y materiales, se espera que el equipo y la ropa de ascenso sigan mejorando para permitir a los alpinistas alcanzar nuevas alturas.